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sábado,
27 de
agosto de
2005 |
Anécdotas, la patada de
Spolli y otros temas
Se apagó el grabador y los cuatro siguieron polemizando y refrescando anécdotas. Fue el tiempo de las sensaciones por encima de la frialdad del pensamiento.
"Una de las cosas que más me impresionaron del equipo de Central en el primer partido fue la personalidad que mostraron los pibes para jugar el clásico. Hay que tener huevos y personalidad para plantarse a jugar un clásico de la manera en que lo hicieron", alertó el Patón.
"Pará Patón", le salió al cruce el Galgo. "Es cierto lo que decís, pero ninguno de los jugadores que van a jugar este partido entran a la cancha nerviosos. Una vez que pisan el campo de juego y ven a la gente, se liberan", continuó el ex delantero de Newell's, quien se consagró campeón en la temporada 87/88 bajo la tutela del Piojo José Yudica.
"Lo que sí juega en la previa de estos partidos es la ansiedad", retomó la palabra el Patón. "Porque si el pibe Spolli hubiera tenido diez clásicos encima, seguro que no le pegaba la patada que le tiró a Ferrari en el primer partido", completó.
En el discurso de Balbis se filtró una súplica: que el clásico finalice en paz.
"La gente tiene que entender que este partido no es de vida o muerte. Ojalá que los hinchas de Newell's y de Central aprendan de una vez por todas que se trata sólo de un partido de fútbol", fue el deseo del ex defensor auriazul.
Basualdo también se unió al pedido y veló por un partido sin violencia:"Lo que apunta Jorge es lo más importante que está en juego. Nos podemos volvernos locos porque una derrota", dijo el ex jugador leproso.
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