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domingo,
21 de
agosto de
2005 |
Newell's va al Monumental buscando un espaldarazo
El clásico eclipsó todo lo demás, hasta el hecho de jugar ante River Plate de visitante (en cancha de Vélez) y de los dimes y diretes de la presencia de Ariel Ortega. Pero Newell's tiene pronto la obligación de meterse en clima, porque el partido de esta tarde aparece como una primera bisagra en el Apertura para saber cómo se posiciona. La ocasión pinta magnífica, porque triunfando empieza a ganarse el respeto, a la vez que apuntalaría el ánimo de cara a la revancha copera ante Central.
Newell's no perdió en el ciclo de Olmos que lleva tres partidos y eso es una buena señal, porque en realidad entregó muy poco juego asociado y su mayor virtud fue saber lastimar en el juego aéreo. Pero está claro que debe levantar el nivel porque las chances de que la situación se mantenga corre peligro de trastocarse.
El equipo de Olmos sólo dejó una buena imagen en el primer tiempo ante Quilmes, en parte de los primeros 45 ante Tiro Federal y nada más. Tampoco asomó en esos lapsos con la contundencia necesaria ni el aplomo para hacerse netamente dominador. Tampoco asume un estilo definido y entonces su juego fluctúa y termina tirando pelotazos. Claro que esto recién comienza y evidentemente el equipo puede evolucionar. Encontró en Santiago Silva una solución sorpresiva, Aldo Osorio empezó a asomar y algunos jugadores siguen en un nivel alto, como Germán Ré y Justo Villar. Pero otros deben superarse y el juego colectivo debe ayudarlos. Esa es tarea de Olmos.
Enfrente estará un River con varios cambios (algunos sorpresivos, como la ausencia de San Martín), que viene mostrando poco y está presionado por sus hinchas, pero que saldrá a buscar el partido. Tal vez le convenga a Newell's, que puede sentir el trajín físico. La oportunidad es buena porque la dificultad potencia los méritos. En todo caso, una victoria asoma tentadora como espaldarazo a futuro.
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