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 domingo, 21 de agosto de 2005  
Rendimiento intelectual: falta de descanso

Los adolescentes duermen menos horas que el resto de las personas, y según reveló un estudio este hecho estaría relacionado con la sobrecarga horaria o su "reloj biológico" que suele ser distinto al de los niños y adultos. Encontraron diferencias en las horas de sueño que mantienen en el verano y en época de clases. A su vez, descubrieron que su rendimiento varía con la evolución de las horas.

Un grupo de investigadores descubrió que si el rendimiento intelectual de los adolescentes es bajo, no siempre está relacionado con la falta de estudio sino que puede ser consecuencia de un mal dormir. Determinaron que los chicos pierden cerca de dos horas de sueño cada noche durante la semana escolar.

El estudio, publicado en la última edición de Pediatrics, aseguró que la disminución en la cantidad de tiempo que duermen puede estar relacionado con la sobrecarga horaria o con los relojes biológicos (ritmos circadianos) de los jóvenes que indican un horario distinto al de niños más chiquitos o adultos, lo que les dificulta dormirse más temprano.

Los adolescentes que no duermen bien, tienen un menor rendimiento intelectual. La coautora del trabajo, Margarita Dubocovich, profesora de farmacología molecular, química biológica y ciencias de la conducta de la Universidad Northwestern, en EE.UU., aseguró que los adolescentes pierden aproximadamente 10 horas de sueño por semana y durante los sábados y domingos duermen más.

Dubocovich y sus colegas analizaron a 60 estudiantes del último año de colegio secundario, los cuales debieron mantener un registro diario sobre la hora a la que se iban a dormir y cuándo se despertaban. Este control se realizó durante el verano y en distintos períodos de la época de clases.

A su vez, les realizaron pruebas divididas en cuatro días con tres distintos horarios: de 6.30 a 8, de 11.30 a 13 y de 15 a 16.30 horas. Los evaluaron con un test de computadora para medir los tiempos de reacción, y otro con papel y lápiz que estudiaba el ánimo y rendimiento cognitivo.

Los resultados demostraron que en período de receso escolar, los chicos obtuvieron un promedio de 8 a 7 horas de sueño a diferencia de las 7 que dormían cuando asistían a clases. Durante los fines de semana del verano, los patrones de sueño de los adolescentes fueron similares a los días entre semana. Cuando la escuela comenzó, esta cifra se modificó y durmieron 30 minutos más en los fines de semana del año escolar que en los fines de semana de vacaciones, es decir, entre 9 y 9.5 horas.

Por otra parte, aquellos que realizaron las pruebas por la tarde tuvieron un mejor rendimiento que aquellos que las realizaron temprano por la mañana.

Especialistas afirmaron que hubieran deseado tener mayor información incorporada al estudio, como cuánta cafeína consumían, si dormían siestas, o qué comían en la mañana. Todos estos son factores que podrían afectar los patrones de sueño y el rendimiento escolar.
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