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domingo,
14 de
agosto de
2005 |
Imperdible: narrador de raza
La recorrida por librerías de la ciudad, esa forma tan querible de la caza, me permitió por estos días encontrarme con una joya que vale la pena atesorar en algún estante bien cercano de la biblioteca o mejor aún, en la mesa de luz, al alcance de la mano derecha. Los "Cuentos completos" de Truman Capote -en una bella y no tan cara edición de Anagrama- son ideales para el picoteo nocturno, para los quince minutos de lucidez que pueden quedarle al día luego del vértigo cotidiano.
Entonces será posible leer o releer, da lo mismo, maravillas como "Mojave" o "Un recuerdo navideño", y deslumbrarse no sólo con la prosa certera sino con la profunda percepción de la realidad que tenía Capote. En síntesis, un libro para gozar y también para aprender a vivir. No es poco en estos tiempos de escritores sin alma, hijos de la neutralidad, la pasteurización y la sequía.
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