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domingo,
14 de
agosto de
2005 |
Economía insiste
en que la tasa
de desempleo
sigue decreciendo
El desempleo, según las últimas estimaciones oficiales, acusará una nueva baja y estaría rondando el 12 por ciento.
El número frío y descontextualizado significa, innegablemente, una buena noticia, aunque persisten tendencias que transforman en parcial la información.
Sucede que, cuando se da la noticia, continúa obviándose a quienes cobran planes sociales y también son, ni más ni menos, desocupados que en el mejor de los casos cumplen alguna precaria tarea a cambio de esos beneficios.
Por ello, el índice de las personas carentes de trabajo se sitúa en realidad varios puntos más arriba.
Claro que en esta circunstancia hay un factor muy especial, cual es el turno electoral de los próximos meses, y entonces el dato de la reducción de la desocupación tiene otro significado para el gobierno, que cree en su incidencia positiva en la voluntad de la gente a la hora de depositar el voto.
De antemano, así como puede decirse que la cantidad de desempleados es superior a la anunciada -por la cuestión de los que cobran subsidios-, también puede afirmarse que entre los nuevos trabajos hay una importante cantidad de modesta calidad y con magras retribuciones.
La Asociación Empresaria Argentina (AEA) emitió un trabajo en el que trazó propuestas tanto de coyuntura como de largo plazo, tendientes a lograr una real reactivación productiva, más trabajo y educación.
Pero mientras desde algunos sectores, como ese, se procura superar los obstáculos históricos que impiden transitar nuevamente el camino hacia el desarrollo, otros que tienen su destacada cuota de responsabilidad en esa tarea están inmersos en la pelea interna y la disputa preelectoral.
Tal es el caso de la CGT, que no sólo está partida al medio sino que se encuentra embretada en el aquelarre político.
El grupo que se quedó con la manija de la central sindical -con el camionero Hugo Moyano a la cabeza- profesa la fe kirchnerista y, entonces, se llamó a silencio. El mutismo seguramente será roto para instar a la gente a votar por el oficialismo.
Sus rivales, los gordos, también cerraron la boca después del pronunciamiento público que hicieron cuando anunciaron su abandono de las estructuras cegetistas y se cree que están esperando que amainen los vientos.
Y un grupo de las 62 Organizaciones -donde curiosamente abrevan tanto moyanistas como gordos- también hizo su jugada y prestó su escenario para el lanzamiento de la Mesa Sindical Lealtad Chiche Senadora, en apoyo a Hilda de Duhalde.
Entre los chichistas destacados se anotan el jefe de las 62 y del gremio de ruralistas, Gerónimo Venegas, y el mandamás de los municipales bonaerenses, Alfredo Atanasof.
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