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domingo,
14 de
agosto de
2005 |
Aumentó del consumo de psicofármacos
Los remedios para el sistema nervioso ocupan el primer puesto en el ránking argentino de los más vendidos
Adrián Gerber / La Capital
"Más Platón y menos prozac". El célebre libro del pensador francés Lou Marinoff no tuvo por ahora eco en Argentina. El terapeuta critica el extendido empleo de psicofármacos y asegura en contraposición que la filosofía puede contribuir a curar angustias, ansiedades y desamores. Pero por estas tierras, un porcentaje importante de la población vive empastillada. Pese a los aumentos de los precios tras la devaluación, se consume cada vez más psicotrópicos llegando a índices alarmantes, según los especialistas. Y los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec) lo certifican: en la actualidad los remedios con mayor facturación en el país son los destinados al sistema nervioso, cuando en el 2001 este ránking estaba liderado por los del aparato digestivo y el metabolismo. Incluso, en el primer trimestre de este año los psicotrópicos siguieron aumentando su facturación en un 14 por ciento. Esta es la patria pastillera, el país donde más gente de la que se cree vive angustiada y sufre insomnio, se receta demasiado, la automedicación es parte de la vida cotidiana y los remedios se consiguen muchas veces en el kiosco de la esquina.
En Rosario el fenómeno se reproduce de manera similar. "Es muy notorio en la ciudad el aumento en la venta de ansiolíticos y antidepresivos. Lo vemos a diario en el mostrador de la farmacia. Antes teníamos algunos de cada marca, pero ahora hay que contar con un stock importante para atender la demanda de los pacientes", comenta Leonardo Jurado, director del departamento de actualización profesional del Colegio de Farmacéuticos local.
"Estamos muy alarmados por este tema. Hasta la gestión anterior esta dependencia se ocupaba fundamentalmente de las drogas ilegales, pero ahora ponemos mayor atención en el tabaco, alcohol y psicofármacos. Nosotros decimos que las drogas legales matan más que las ilegales. La gente no está concientizada que el alcohol, el tabaco y los psicotrópicos mal prescriptos pueden ser drogas asesinas", advierte el psiquiatra Eugenio Nadra, coordinador del consejo científico del Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).
Si los psicofármacos son usados de una manera indiscriminada o abusiva pueden provocar efectos contrarios. Y los ansiolíticos, como Rivotril, Alplax, Lexotanil y Trapax, tienen efectos adictivos: si el paciente deja de consumirlos bruscamente el primer síntoma que siente es un aumento en su ansiedad. Por eso, su supresión debe ser gradual y estar controlada rigurosamente por un médico.
La crisis del 2001 disparó el fenómeno
A la hora de establecer las causas por las cuales se recurre a estos medicamentos, todos coinciden en el malestar psíquico que un sector de la población está sufriendo por cuestiones personales o sociales (laborales y económicas) expresadas en síntomas de angustia, desgano, estrés, desesperanza, depresiones y fobias. Este fenómeno tiene una fecha clara de explosión: las crisis de finales del 2001. A partir de esa fecha el aumento del consumo de psicotrópicos no se ha detenido.
Argentina es el país de América latina donde se registra una mayor utilización per cápita de psicofármacos. Los más vendidos son los tranquilizantes, y le siguen los antidepresivos, antipsicóticos y sedantes.
Así en el primer trimestre del 2005 los medicamentos de mayor venta fueron los destinados al sistema nervioso ($243, siempre en millones de pesos), seguidos por los del aparato digestivo ($189), aparato cardiovascular ($163) y los anti-infecciosos ($162). Las estadísticas no contemplan los vendidos sin prescripción médica.
Pese a lo que sostienen funcionarios y autoridades del Colegio de Farmacéuticos, los controles del Estado no son suficientes para evitar las ventas sin receta archivada, como obliga la ley, y para que no se comercialicen en negocios que no sean farmacias. Y de esto son testigos los propios consumidores que consiguen los remedios sin pasar antes por el consultorio.
"De este tema los médicos tampoco están libres de culpa porque muchos sobremedican o lo prescriben en cuadros clínicos que no están indicados. Y lo hacen porque la propia gente le demanda tomar medicamentos y también porque ellos son víctimas de este perverso sistema de salud, donde hay que atender al paciente en pocos minutos y recetarle algo rápido para que se tranquilice. Esto no permite hacer una terapia profunda, analizar las causas de la angustia, así se recurre a la pastilla que calma el síntoma", señala el funcionario del Sedronar.
Añade que muchas veces no se encaran tratamientos no farmacológicos que podrían ser la solución a estos cuadros médicos o al menos aliviar los síntomas, como dieta, estilo de vida, actividad física y psicoterapia.
Nadra apunta que los laboratorios también son responsables de esta situación ya que por intereses comerciales inducen a los médicos, no sólo a los especialistas, sino también a clínicos y gastroenterólogos, por ejemplo, a prescribir estas drogas.
"Generalmente lo que busca la gente es un sedante o tranquilizante para poder dormir de noche o bajar los niveles de angustia. Pero no ha aumentado la venta de psicotrópicos porque se venden sin receta, como a veces se dice, sino porque los médicos la prescriben más. Esto no quita que haya farmacias en donde se pueda conseguir sin receta, pero es la excepción", señala el farmacéutico Jurado.
Alplax, Trapax y Rivotril
El profesional apunta que "los tranquilizantes que más buscan los adultos, de 35 a 55 años, la franja de edad donde se registra el aumento del consumo, son Arplax y Trapax, lejos comparado con otras marcas. Y el Rivotril también, ya que está destinado a la tercera edad y, con el descuento de Pami, el afiliado paga 2 pesos la cajita de 50 pastillas".
Según el Instituto Argentino de Atención Farmacéutica, cuatro de los primeros 15 medicamentos más vendidos el año pasado en el país son psicotrópicos, más específicamente tranquilizantes. A la cabeza está el alprazolam (Alplax es la marca de fantasía más conocida), con 3,6 millones de pastillas consumidas; le sigue clonazepam (Rivotril), con 2,4 millones; bromazepam (Lexotanil), con 1,7 millón; y lorazepan (Trapax), con 1,3 millón.
Respecto del perfil del consumidor de estas drogas, el funcionario de la Sedronar dice que "las encuestas demuestran que los sectores bajos y sin obra social se tranquilizan con alcohol, que es más barato que el Rivotril. El abuso de psicofármacos se da en el resto de la sociedad".
Lo habitual era que el mayor porcentaje de pacientes que toman psicotrópicos sean personas de la tercera edad para poder dormir, pero, desde la crisis del 2001, se ha disparado el consumo de personas de entre 35 y 55 años pertenecientes a sectores sociales con obra social, prepaga o que pueden acceder económicamente a estos medicamentos.
Para dar cuenta del fenómeno, una reciente encuesta realizada por Enrique Zuleta Puceiro y presentada en el Segundo Congreso Nacional de Salud Mental, da cuenta que un 6 por ciento de la población mayor de 18 años toma tranquilizantes diariamente y un porcentaje algo menor antidepresivos.
Y la automedicación es otra de las causas del abuso de psicofármacos. Mucha gente que tiene problemas de sueño no consulta a un profesional y toma pastillas que le da un familiar o conocido como si fueran caramelos. O realizó una visita al médico donde se le prescribió un psicofármaco para un determinado momento, pero el consumo se perpetuó en el tiempo por cuenta propia. Es que Argentina debe ser uno de los pocos lugares del mundo donde los chicos juegan al doctor y los adultos al farmacéutico.
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