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domingo,
14 de
agosto de
2005 |
Alicia Herrero y
una obra donde
el público puede
aportar lo suyo
Ser parte del público, pero también productor de la obra de arte. Esa es la propuesta de Alicia Herrero, que expone en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro) su muestra Alice-Ville. Una serie de intervenciones donde la artista crea su propio mundo con dibujos, videos y sorpresas, pero a la vez invita a los rosarinos a no quedarse como simples espectadores. ¿Cómo? Los convoca a llevar al museo cualquier utensilio de cocina que se incorporará a la exposición, junto a sus propuestas. "La idea es sacar a esos objetos de su contexto, de la cocina donde están siempre, y además, mover a la gente del lugar de receptora pasiva y desacralizar la experiencia estética", explicó Herrero a la La Capital.
Así, hasta el 30 de este mes los rosarinos pueden acercar al Macro (Oroño y el río) los utensilios que más o menos les gusten, y allí quedarán a préstamo hasta el día de clausura de la muestra, el 4 de septiembre próximo. El único requisito es que se trate de recipientes, preferentemente de cocina.
"Pueden traerlos ya sea porque son objetos que quieren o porque los detestan, lo interesante es que los saquen del contexto cotidiano donde, de tanto verlos, pareciera que esos objetos ya no existiesen, que los miren otra vez con otros ojos", apuntó Herrero, y agregó: "A partir de ahí la idea es que las cosas traídas por la gente conversen entre sí, que se vayan sumando, que la obra esté en un proceso continuo y que cada utensilio busque entre los otros su propia identidad".
Esta no es la primera vez que la artista convoca al público a ser parte de la producción de su obra. La experiencia ya fue realizada entre 2000 y 2001 en el Museo Boijmans Van Beauningen de Rotterdam (Holanda) donde los objetos se fueron ordenando en base a diferentes relatos de la gente.
Lo cierto es que el aporte del público a esta ciudad/mundo creada por Herrero es sólo una parte de la propuesta, ya que la artista desarrolla su obra a través de la intervención de diferentes espacios del museo. Allí, los visitantes encontrarán caligrafías, dibujos, adhesivos y video-instalaciones.
Nuevos sentidos
-¿Cómo surge la idea de convocar al público a ser de alguna manera parte de la producción de la obra?
-Fue una necesidad de encontrar nuevos sentidos, sobre todo en la articulación del arte con lo cotidiano. Porque el arte en sí es una institución, entonces la idea es acercarlo a la gente con experiencias de este tipo, más cotidianas. Algo que a la vez permite que la gente se acerque desde un lugar que no es el de la pura contemplación.
-¿Un lugar de interacción?
-Claro, algo que a la vez plantea desacralizar la experiencia estética. Porque cada uno, conciente o no, practica alguna experiencia estética. La iniciativa intenta ser un modo de abrir nuevas formas de percepción, sobre todo porque creo que el arte es una construcción colectiva.
-¿Además propone que la exposición se vaya modificando con la incorporación continua de objetos?
-Hay un énfasis en la práctica como proceso continuo. Se van sumando y todo cambia, los objetos se interrelacionan de otra manera y se forma una naturaleza muerta que no para de crecer. Ahí está la idea de infinito, en un proceso continuo fuera de control.
E.L.
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Fotos
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La muestra propone descontextualizar los objetos.
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