La hija de un represor reveló que su padre le contó que mató a un niño

Buenos Aires- Ana Rita Pretti Vagliati, la hija del fallecido ex represor de la última dictadura y comisario bonaerense Valentín Milton Pretti, alias "Saracho", reveló hoy que "mi padre me contó que había matado a un chiquito" durante la represión ilegal.

"Nos juntaba a tomar mate en casa y nos contaba lo que hacía como represor. Pero esa vez -la del chiquito- fue la última vez que me sometió a sus relatos morbosos. Ahí yo dije: 'Basta, se acabó acá' y decidí no verlo más", dijo la mujer en declaraciones a DyN.

Ana Rita pidió a la Justicia que le cambie su apellido, eliminando el paterno de sus documentos de identidad y permitiéndole usar solamente el de su madre porque, sostuvo, "fue mi madre la que rompió el horror familiar, nos protegió, nos dio ternura, valores humanos y llenos de vida".

Para esta tarde a las 17 horas, Pretti Vagliati convocó a una conferencia de prensa en el hotel Bauen, avenida Callao 360, para responder todas las preguntas del periodismo.

La mujer explicó que la idea de cambiar su apellido "no se trata sólo de una hija rebelde y un padre psicótico; no se trata de una venganza, ni una revancha contra mi padre".

"Lo vital y liberador de esta decisión, tiene que ver con poder, al fin, elegir quién quiero ser. Sería un error pensar que se trata de un tema puramente personal, porque se relaciona con la posibilidad de que todos podamos elegir quiénes queremos ser", narró en una carta abierta.

Indicó que "todo lo que hizo mi padre no fue parte de un brote psicótico -en ese caso hubiera sido internado en alguna institución psiquiátrica- por el contrario, fue reclutado por el Estado a partir de una política consciente de terror sistemático sobre la población civil y las organizaciones populares".

"Luego, fue justificado por las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final" agregó y señaló que "con esta política siniestra se quitó, para mí, mi familia y la sociedad entera, la posibilidad de un tercero de apelación -en este caso el Estado- que juzgara y castigara, como correspondía, crímenes de lesa humanidad".

Confió que "a lo largo de mi vida tuve que padecer muchas terapias, en las cuales se me proponía solucionar los pequeños conflictos familiares. El tema de fondo, que era que mi papá había participado de la represión, quedaba guardado en la privacidad del consultorio, cuando en realidad era un problema público y manifiesto".

"La forma en que se hablaba de esto en mi casa, era la de una especie de secreto a medias, y los terapeutas de ese momento continuaban con la lógica del 'secretito familiar", agregó.

La mujer recordó que "desde siempre, mi padre me relataba hechos en los que había participado, pretendiendo erigirme de alguna manera como jueza de sus actos y así disculparlo de sus crímenes".

"Con mi última terapia se desbloqueó esta encrucijada : Decidimos que no era yo quien debía juzgarlo en nombre de la sociedad y que, la mejor manera de no reproducir su relación con el mundo y las personas, era cambiarme de apellido", explicó.

Pretti Vagliati señaló que "así, marcaría un corte, una ruptura en la transmisión generacional que denotaba el horror de lo hecho por él"

Y concluyó que "cambiar mi apellido paterno por el de mi mamá abre, para mis futuros hijos y descendientes, la posibilidad de sentirse orgullosos de mí y del apellido que elijo, así como yo me siento respecto de mi mamá, Juana Vagliati".

"Saracho" era director del centro clandestino de detención COTI Martinez y actuó también "Pozo de Banfield", "Pozo de Quilmes", "Puesto Vasco". Entre otros crímenes se le achacan el secuestro y desaparición del director de "El Cronista Comercial", Rafael Perrota. (DyN)