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miércoles,
10 de
agosto de
2005 |
Sospechas que flotan
En el año 2002, un anciano que vivía solo y sin hijos en su campo de Piñero apareció muerto en una zanja de su propiedad. El médico forense determinó que no murió por causas naturales: lo habían asfixiado. Al poco tiempo, Omar Sánchez apareció como dueño del campo y expulsó a los caseros. Este hombre, el pai umbanda, es ahora el principal acusado por la estafa contra los herederos de Bracalenti, que se realizó con una mecánica similar. Con una diferencia: se presume que a Bracalenti no lo mataron sino que se quitó la vida. "Se mató de un escopetazo, pero cayó para adelante", señaló el abogado Rogelio Bianchi, representante legal de la hija de Bracalenti, quien solicitó que se reabriera la investigación de esa muerte en el juzgado de Villa Constitución.
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