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domingo,
24 de
julio de
2005 |
Desde adentro
Vella analiza su carera y pelea por un lugar en el equipo de Olmos
Gustavo Conti / Ovación
Con sólo 24 años, Luciano Vella parece todo un veterano de Newell's. Con mucho recorrido en la primera rojinegra, ya tiene tantas pretemporadas que perdió la cuenta. "La primera la hice con (Jorge) Ribolzi, después me bajaron y (Juan Manuel) Llop me llevó de vuelta", dijo el Tano, "pero la verdad ya no me acuerdo tanto". ¿Son señales, como cuando empiezan a aparecer las primeras canas? "No, no (risas), todavía soy joven, pero eso sí, dentro de poco llegaré a mis 100 partidos. Creo que tengo 97, así que a lo mejor los cumplo en el clásico. Ojalá sea con victoria, sino va a ser el recuerdo más feo del mundo", sostuvo Vella, quien en la primera práctica de fútbol oficial realizada el viernes no fue convocado entre los once y tuvo que jugar en el segundo turno para los suplentes, algo que le generó una bronca indisimulable.
Vella sí que es un jugador made in Newell's. A los 4 años vistió por primera vez esta camiseta y nunca se la sacó. Y la perspectiva, inmediata al menos, es que seguirá por un tiempo más en el Parque. ¿Cuáles son las expectativas de un jugador que se va anclando en una institución, algo poco común en el frenético fútbol de hoy? El Tano así lo explica.
"Me siento más que cómodo en Newell's. Esta es mi casa porque hace veinte años que estoy acá, pero quizás un jugador necesita un cambio por el tema económico y para demostrarse uno mismo que puede jugar en otro lado. Si viene una oferta alguna vez y les conviene a las partes, lo aceptaré", analizó.
-¿Hubo alguna vez una oferta realmente firme? Nunca se la mencionó.
-Siempre alguien llama. Firmes hubo varias pero al final no se concretaron. Pero si tiene que llegar, llegará.
-¿Y si seguís acá in eternum?
-No hay problema. Es como no moverte de tu casa, aunque para cualquier ser humano, es bueno cambiar.
-El tema es que los pibes cada vez empujan más, debutan más jóvenes y se van antes.
-Sí, seguro. Fijate en este plantel los pibes de menos de veinte años que hay. Ya pelean un puesto, se debuta más rápido y por eso los que somos un poco más grandes no nos podemos relajar porque enseguida te pueden quitar el puesto.
-¿Estás conforme con haber abrazado esta profesión? Es decir, ¿no te arrepentís de no haber hecho muchas cosas de los jóvenes de tu edad?
-Realmente no, el fútbol es lo que me gusta. Mucha gente cree que todo es fácil y que somos privilegiados. Nosotros también tenemos problemas, los días de pretemporada no se los deseo a nadie porque realmente sufrís todo el tiempo, es muy feo cuando no ganás porque te querés matar y tenés que aprender a medir las emociones. Cuando ganás te ponés muy contento y cuando perdés pasás a sentirte el peor. Eso lo fui aprendiendo y te puedo asegurar que no es fácil ser futbolista.
-¿Qué es lo que más sufriste en la pretemporada, el trabajo o la ausencia de los seres queridos?
-Todo. El trabajo es durísimo y extrañás mucho. Sé que es lo mejor, porque comés bien como quiere el médico y dormís las horas necesarias. Uno es consciente de que es fundamental entrenar al máximo, pero no dejás de sufrirlo.
-¿Creés que al jugador se lo somete cada vez más a una presión psicológica, de parte de la sociedad que es exitista, de los cuerpos técnicos y de los periodistas?
-Sí, siempre hay presión, porque el fútbol se vive muy intensamente y nadie quiere perder, menos el clásico que se viene. Yo estoy un poco acostumbrado y me mantengo un poco al margen, es lo mejor.
-¿Te acostumbraste a ser un tipo reconocido?
-Y, sí. Me saludan muy bien los de Newell's y muy mal los de Central. Eso no me gusta mucho porque no puedo salir tranquilo con mi novia, por ejemplo. No es porque me reconozcan sino porque hay mucha gente que tiene maldad y a veces la pasé muy mal. Así que elijo los lugares donde voy.
-¿Esa es una de las cosas malas que mencionabas de esta profesión?
-Seguro, y más en Rosario, donde sos de Newell's o de Central.
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Fotos
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El Tano es un jugador joven pero con mucha experiencia.
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