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miércoles,
06 de
julio de
2005 |
Ladrón solitario asaltó un local de Oroño y San Juan
Robó la recaudación de un bar y los sueldos de tres empleados
El maleante encerró a sus víctimas en el baño. Se llevó $1.600 de la caja y algo más
Un coqueto bar del macrocentro de la ciudad fue asaltado el lunes a la noche por un ladrón solitario. Tras inmovilizar y encerrar a los tres empleados del comercio, el maleante no sólo se llevó el dinero que había en la caja sino que aprovechó la ocasión para alzarse con los sueldos que sus víctimas acababan de cobrar. El de ayer fue el segundo asalto que tiene por escenario un bar cercano al centro rosarino en tan sólo 24 horas.
Prego Caffe es un bar situado sobre la ochava noroeste de la esquina de bulevar Oroño y San Juan. Tiene dos plantas y un estilo muy europeo. Cerca de las 22.10 del lunes, Lucas Cueto ya había cerrado la caja y el local. Se disponía a irse junto con sus dos compañeras de trabajo (una moza y una cocinera) por una puerta lateral que da a San Juan, pero no pudieron hacerlo.
En ese momento, un hombre encapuchado se interpuso en su camino. "Nos amenazó con un revólver y nos obligó a meternos en la cocina y a arrodillarnos", explicó Cueto, de 25 años y encargado del comercio.
Desde ese sitio, los empleados se resignaron a ver cómo el bribón continuaba con la tarea delictiva. Uno a uno, el malhechor fue vaciando los bolsillos de Lucas y de sus compañeras de trabajo. Pero para ellos el atraco no fue otro hecho rutinario como los que aparecen reflejados diariamente en las crónicas policiales. El efectivo del que se apoderó el maleante correspondía a los sueldos que acababan de cobrar. También observaron cómo el asaltante se apoderaba de sus teléfonos celulares.
Después, el asaltante atravesó la barra y recogió los 1.600 pesos que estaban guardados en la caja registradora. Con el dinero en su poder, regresó a la cocina y obligó a los empleados a trasladarse a la planta alta del edificio. Allí los encerró en el baño. "Lo hizo porque creyó que alguien pudiese ver sus movimientos", recordó Lucas mientras, a unos pocos metros, Sergio Rossi, el responsable de turismo de la provincia, atendía un llamado en su celular y compartía un café junto a dos parroquianos.
Lucas también contó que el ladrón, mientras cubría su rostro con una campera, no paraba de ordenarles a sus víctimas que no miraran su rostro. Los empleados no pudieron salir durante algunos minutos del pequeño lugar en el cual habían sido encerrados porque el ladrón "sacó el picaporte del lado de afuera. Entonces tuvimos que abrir la puerta con una moneda", contó Lucas.
El encargado del bar dijo que no conocía cuánta era la plata que el ladrón -de unos cuarenta años y bien vestido- se llevó de los bolsillos de los trabajadores. Y recordó que era el primer robo que sufrió el comercio desde que abrió sus puertas, dos años atrás.
El asalto al local de bulevar Oroño y San Juan no fue el único perpetrado contra bares en las últimas 24 horas. La madrugada del lunes se registró otro atraco en un café del macrocentro. Ocurrió cuando dos hombres armados irrumpieron en La Mandrágora, ubicado en el cruce de Italia y Ocampo, de donde huyeron con 400 pesos de la recaudación. También robaron otros 200 pesos y un celular a los clientes ocasionales.
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Fotos
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El encargado y dos empleados perdieron sus sueldos.
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