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miércoles,
06 de
julio de
2005 |
Editorial:
La memoria y el futuro
Los argentinos saben que ciertas etapas de su pasado como Nación no pueden repetirse si es que aspiran a construir un país nuevo. De ellas, no sólo las que están signadas por el estallido económico merecen integrar la lista: el período histórico que indudablemente la encabeza está marcado por la sistemática y alevosa violación de los derechos humanos por parte del Estado, con miles y miles de desaparecidos como dramática estela. Sin embargo, el consenso en torno de idea tan crucial para el despegue del país no ha sido sencillo: es que la masacre fue posible sólo gracias al apoyo de ciertos sectores de la sociedad civil cuyo poder está fuera de discusión y que aún hoy intentan obstruir el surgimiento de la verdad, único camino que permitirá consolidar de manera definitiva a las instituciones de la democracia.
Pero hay hechos que marcan que el avance en la dirección deseada es irreversible: la anunciada recuperación por parte de los rosarinos del edificio que fue sede del Comando del II Cuerpo de Ejército, situado en la emblemática esquina de Córdoba y Moreno donde hoy funciona un bar temático, debe ser vista como otra etapa en ese trascendente camino.
Anteayer se confirmó que julio de 2006 será la fecha en que se concrete la transferencia del inmueble, que pasará a manos de la Municipalidad cuando se abone la última cuota de un total de veinticuatro, para saldar un precio final de dos millones cuatrocientos ochenta mil pesos. En la suntuosa casona funcionarán el Museo de la Memoria y la flamante Oficina Municipal de Derechos Humanos, cuyo trabajo se relacionará con una necesaria y bienvenida ampliación del concepto de derechos humanos hacia áreas como hábitat, educación y salud.
Otro aspecto del tema que merece ser recibido con elogios es la anunciada coordinación de las actividades entre municipio y provincia. Y es de aguardar se cumpla la promesa de que no se producirán superposiciones con otras reparticiones oficiales, como las dedicadas a los derechos de la mujer y del niño.
La inversión realizada por la Municipalidad para concretar esta iniciativa es importante y oportunamente se discutió si se justificaba, en plena crisis económica, efectuar la erogación sin consultar con antelación a la ciudadanía. Con la discusión ya saldada, corresponde decirlo: el objetivo perseguido no sólo es valioso en sí mismo sino que posicionará a Rosario como una ciudad de avanzada en el país, proyectándose con decisión hacia el futuro con un perfil progresista. El rescate de la memoria constituye un deber tan preciado como ineludible.
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