Una sexagenaria demoró cuatro horas en ser internada

Una mujer asmática de 63 años, en grave estado, sufrió una verdadera odisea, hasta que pudo ser internada para su atención en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez tras deambular cuatro horas en una ambulancia de un servicio privado de emergencias.

La mujer de 63 años, llamada Edith, fue llevada sucesivamente a cuatro centros efectores de salud desde las 6.30 hasta que poco después de cuatro horas pudo ser internada definitivamente.

Según el relato de su hijo, José María, al llegar a su casa de trabajar, a las 6.15 de hoy, se encontró con su madre “muy descompuesta, azul y vomitando sangre, muy dolorida”, ante ese cuadro llamó desesperado al Servicio Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies), donde le explicaron que no disponían de móviles ya que estaban atendiendo las prioridades que son los accidentes de tránsito y decidió comunicarse con la una empresa de emergencias privada.

La ambulancia de dicha empresa la trasladó al Hospital Carrasco que está a sólo 6 cuadras de su domicilio y donde, siempre basado en el relato de su hijo, Edith es habitualmente muy bien atendida como paciente ambulatoria. José María se mostró sorprendido cuando llego y vió a la ambulancia del Sies, estacionada en la puerta sin ningún paciente contradiciendo los dichos del operador del 107.

En el Carrasco no pudieron bajarla por encontrarse totalmente ocupado, hasta las camillas de la guardia. Lo mismo ocurrió en el Hospital Provincial del Centenario, y recién cuando llegaron con la paciente en un estado muy grave al Hospital Provincial, la pudieron bajar en la guardia donde la compensaron y esperaron la derivación para su internación definitiva en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.

Cabe destacar que en la guardia del Provincial se dispone de 5 camas y 7 camillas que estaban ocupadas, y sólo se pudo atender a la mujer porque se usó la única camilla que quedaba disponible para el traslado de los pacientes dentro del hospital.

Luego del periplo de más de 4 horas, en el Heca la atendieron gracias a que la ambulancia que la trasladaba dejó su camilla en el lugar, porque no había ninguna disponible.