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 domingo, 19 de junio de 2005  
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El deseo cumplido de tener un club de amigos
Los socios del club Durando tienen entre 14 y 82 años y se reúnen todos los viernes desde hace dos décadas

Norberto Puntonet / La Capital

Son futboleros, hinchas de Central, Ñuls, River e Independiente, entre otros equipos. Tienen entre 14 y 82 años y desde hace dos décadas se reúnen todos los viernes del año, casi siempre asado de por medio, en el Club Social y Deportivo Durando. Pero como dice Joan Manuel Serrat, a pesar de sus cargadas entre canciones y partidos de truco, para ellos "la amistad es lo primero".

El club, ubicado en Castellanos y pasaje Manuel Suárez (barrio Bella Vista), nació el 1º de mayo de 1985. Debe su nombre a un viejo agrimensor que loteó gran parte del barrio durante la primera mitad del siglo XX. No tiene comisión directiva pero sí un tesorero que luego de cada cena se encarga de recaudar el dinero entre los comensales. "Somos más de 30 personas que nos juntamos los viernes, caiga quien caiga y muera quien muera", resumió Miguel Di Stefano, uno de los socios más antiguos del club. Eso sí, aclaró que el viernes de Semana Santa la reunión se suspende. "Esa semana venimos el jueves", y desató las carcajadas de sus compañeros de mesa.

Dos televisores, una vieja radio Siete Mares, una heladera, un freezer y una cocina industrial. Una guitarra, un bombo y un redoblante que descansan sobre un viejo sillón. Banderines, fotos y dibujos pegados en las paredes completan la escenografía del salón donde se reúnen. De a tres por noche se turnan para cocinar manjares como pastas, pescado, pollo o carne al horno, aunque el plato preferido es el asado.


Sólo para hombres
"Una sola vez al año traemos a nuestras mujeres, para Navidad", señaló Di Stefano. "Sí, por dos motivos: para que sepan dónde estamos y para que laven los platos", gritó alguien desde la punta de la mesa. Otra vez las risotadas inundaron el Club Durando, cuya camiseta es roja, verde y blanca. Camiseta que hace poco pudo estrenar en el torneo interno de Provincial un grupo de muchachos que se acercó al club. El pasado 24 de mayo hicieron una gran fiesta con sus familias para festejar el cumpleaños del club.

Otro de los memoriosos, Antonio Bonifante, de 82 años, dijo que "el club nació en la década del 30 pero después se fue desmantelando. Muchos se casaron y se fueron del barrio, otros murieron. Hasta que en el 85 se hizo una cena en la parrilla El Nene, acá a la vuelta, y allí empezó a tomar forma el club nuevamente".

"Este salón era de mi vieja", lo interrumpe Di Stefano con sus 72 años. "Antes había una sastrería y después una imprenta hasta que se desocupó. Los muchachos fueron a hablar con ella para que nos lo alquilara y así empezamos", explicó a Señales. "No le des bola que dentro de poco hay elecciones y todos estos viejos vuelan a la mierda", gritó otro de los socios que seguía atento el relato de los veteranos. Más risas.

"Vení sentate acá porque ahí está más fresco", dijo uno de los comensales a este cronista señalando el lugar ocupado por un leproso, ante las risas del resto de la hinchada. "Si. Acá estará más fresco pero ustedes no tienen aliento y a menudo alquilan el vueltódromo", retrucó el hincha de Ñuls con una sarcástica sonrisa. "Porque nosotros no compramos campeonatos", cargó nuevamente el canalla. "Será porque a la comisión directiva no le cierran los números", remató el leproso generando nuevas risas.

En el momento más emotivo de la noche alguien pide silencio. "Hoy hace tantos años que se nos fue Fulano. Brindemos por él", dijo en voz alta mientras levanta la copa y afloran los aplausos. Un breve silencio y nuevamente las bromas, el ruido a cubiertos y a vasos llenándose de vino.

Un socio, señalando al más joven de la mesa, advirtió: "Matías tiene 14 años y ya estuvo suspendido. Resulta que viene desde que tenía cuatro años y hay uno de nosotros que todos los viernes cuando nos vamos dice: «¡Qué linda noche!». «Para cepillarse al sereno», agrega otro para rematar la ocurrencia. Hace unos años Matías caminaba con su mamá. Cuando la mujer dijo: «¡Qué linda noche!», al pibe le salió la frase célebre. Conclusión: estuvo varios meses sin venir al club".


Amigos y atorrantes
Así son ellos, desinhibidos, a veces mal hablados, fanáticos del fútbol y defensores de la amistad. Hasta tienen una marcha que entonan, a pesar del vino, bien afinaditos.

"Abrió sus puertas a la ciudad, muchos amigos se reunirán. Cuántas historias se contarán y que terminan en un café. Noches de viernes y de amistad, viejas nostalgias del barrio aquel. Tus mesas siempre dirán que sí, tu escuela nunca se acabará. Durando, club de amigos, las pelotas y algo más. Durando, con tus noches aprendimos a soñar. Que siempre unidos puedan estar los que crearon tu identidad", cantan todos los viernes como un ritual.

En 1981, Serrat describió en una canción a sus amigos como "atorrantes" que atrapaban sueños al vuelo y abrían sus corazones como las flores. Estos son otros atorrantes, pero también son gente cumplidora que cuando les roza la muerte disimulan, y para ellos la amistad es lo primero.
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Lo primero es la amistad. Los socios del Club Durando dicen que sus encuentros nunca se suspenden, "caiga quien caiga".

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