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domingo,
19 de
junio de
2005 |
Panorama político
El vacío del PJ santafesino y el
"estilo Benítez" de la campaña
Mauricio Maronna / La Capital
¿A sus plantas rendido un león? El interrogante que alguna vez Osvaldo Soriano convirtió en novela puede aplicarse perfectamente hoy al PJ santafesino, entumecido y desconcertado ante una seguidilla de episodios que le rozaron la mandíbula.
Quienes se restregaban las manos imaginando a María Eugenia Bielsa y a Horacio Rosatti encabezando la lista a diputado, a Carlos Reutemann calzándose la campera roja para seducir votantes cara a cara y pueblo por pueblo y a Néstor Kirchner subido a las tarimas pidiendo plebiscitar su gestión de la mano de esos nombres, se columpian hoy entre el derrotismo y el vacío.
"Pasamos de los Galácticos a Huracán de Tres Arroyos", fue la deprimida figura que encontró un legislador nacional frente al espejo. El peronismo apostó todas las fichas a la vicegobernadora y al poder de convencimiento del santacruceño, pero la protagonista reiteró hasta el hartazgo que el presidente "nunca" le pidió nada.
Tras una reunión entre Kirchner y Reutemann, el senador ofició por primera vez desde que está en política de vocero del poder central para admitir que el jefe del Estado esperaba el "sí" de la arquitecta. Alberto Fernández tuvo que ir hasta el Senado provincial luego del acto realizado en la capital de la provincia para intentar quebrar el "no". Y se retiró con las manos vacías.
"María Eugenia le dijo que no al presidente y a Fernández, pero el domingo dirá que sí", confió hace poco más de una semana a La Capital alguien muy allegado a Bielsa. Incluso, fue aún más lejos: "Tiene que aceptar, actuar como una dirigente política. Es más, si el 23 de octubre ganan los socialistas, al otro día se termina el gobierno de (Jorge) Obeid".
La calificadísima fuente pudo haber sido apocalíptica a la hora de vislumbrar el día después de mañana, pero su rol en el staff del gobierno nacional amerita, cuanto menos, no dejar pasar por alto el vaticinio. Lo concreto es que la vicegobernadora no cambió un ápice su posición pública.
Es más, Rafael Bielsa admitió que el domingo estuvo tres horas "tomando el té" con su "hermana", que también le dijo no. "Y a mi hermanita le creo", jugueteó con las palabras el canciller-candidato, que viajó durante la madrugada del domingo a Rosario tras lanzarse en el teatro ND Ateneo.
¿Kirchner, Reutemann, María Eugenia y Rosatti no pueden jugar juntos?
Como en una novela empotrada en otras novelas, Rosatti sintió que las circunstancias lo habían puesto en el rol de personaje secundario. Debe decirse a favor del ministro de Justicia que su nombre (con Bielsa fuera de la cancha) ahora se convierte en imprescindible para que el justicialismo pueda salir del aturdimiento en que se encuentra.
El ex intendente de la ciudad de Santa Fe es un hombre con sentido común, moderado, y una de las pocas cartas del naipe oficialista que no tienen el orillo marcado. Es verdad que posee un alto grado de desconocimiento en Rosario, pero su presencia le daría al PJ (y a la campaña) un salto cualitativo al menos en el discurso. ¿Quién dijo que los santafesinos están deseosos de escuchar piezas oratorias incendiarias, repletas de chicanas, insultos y demagogia? Pero Rosatti no tiene demasiadas ganas de subirse a un tren que puede conducir hacia ninguna parte. Por estas horas medita con su familia la decisión final, aunque espera que el presidente tenga un gesto contundente de respaldo hacia su figura.
Mientras se aguarda el final de la segunda novela, el peronismo desespera. Artemiópolis (por Artemio López, encuestador oficial con sueldo jugosísimo) aterrizó en Santa Fe con una planilla aterradora para las aspiraciones peronistas, aunque negó haber sido él quien las difundió: el sondeo fue pedido por el gobierno nacional. El sociólogo no repartió los números en los medios. No sabe cómo llegó a la prensa, pero estima que la debe haber repartido "gente de Presidencia" para que "Obeid se ponga las pilas".
La realidad, el repaso de los archivos, el mapeo de la provincia en su conjunto llevan a una conclusión: pese a la feroz campaña mediática en su contra, Reutemann es el único dirigente en condiciones potenciales de garantizar que la provincia no cambie de signo político en el 2007.
Ayer, alguien que circula por los pasillos de un estratégico ministerio dijo que "el presidente tenía un escenario distinto para el acto del 20 de junio, parecido al de Santiago del Estero, pero con un discurso antes del show artístico en el que proclamaría a Bielsa y Rosatti. Cuando se enteró de la caída de la candidatura decidió la suspensión".
El informante -que no pertenece a las filas reutemistas- sacudió la modorra del mediodía al hacer catarsis: "Si Kirchner viene a Rosario, es por el respeto que se supo ganar Reutemann, quien le jugó derecho. Si no fuese por eso, arrancaba para otro lado. El sabe que muchos votos socialistas en una elección presidencial irían hacia su figura, no para (Mauricio) Macri ni (Ricardo) López Murphy".
Según esa visión, "el gobierno provincial no hizo nada para convencer a María Eugenia. Si Binner no termina en el gabinete nacional es por Reutemann; en la Casa Rosada hubo llamados de (Ariel) Dalla Fontana pidiendo que la sangre no llegara al río si la vicegobernadora no se postulaba".
La furia que mostraba el portavoz de esta teoría fue amortiguada al caer la tarde por un estrecho colaborador del Lole: "Puede haber bronca, pero el senador va a jugar a fondo con el presidente para que se plebiscite su gestión. Muchos que creían que Santa Fe se ganaba con cualquiera, ahora tienen como objetivo final que el Alemán se ponga la camiseta de diputado".
Más allá del supuesto enojo de Kirchner con la Casa Gris (que se corroborará o no en los hechos), la tunda que recibió el peronismo le permite al socialismo extender sus alas e intentar dar el batacazo fuera de Rosario. Hermes Binner (más allá de las encuestas sesgadas) es el candidato con mayor intención de voto y recorre departamentos con mucho sigilo pero sin pausa.
Miguel Lifschitz (quien se define como "un auténtico transversal") sabe que "para ganar la Gobernación hay que hacer acuerdos con los peronistas que tienen capacidad de gestión". El intendente hizo una aparición en la ciudad de Santa Fe, dándoles lecciones a los habitantes de la capital para que logren alguna vez disfrutar del "exitoso modelo rosarino".
"Juguemos en el bosque mientras el lobo no está". Ese parece ser el oportuno leit motiv del PS.
Pero así como la campaña electoral santafesina permanece rodeada por enigmas, lo que baja desde la Nación es aún más preocupante. La saga de insultos proferidos por el ministro del Interior, Aníbal Fernández, hacia Ricardo López Murphy pareció alcanzar un mojón al calificarlo de "bestia", una vulgaridad que derivó en el escrache que un grupo de "piqueteros oficialistas" (creación tan argentina como el dulce de leche y la birome) le realizó al líder de Recrear.
El ataque fue un episodio gravísimo que, sin embargo, no mereció disculpas oficiales. Intentar acallar al adversario con métodos violentos es propio de un país con una clase política vieja en contenido, pero adolescente en sus formas. Peligrosamente, algunos funcionarios nacionales conciben a la política como el Chino Benítez al fútbol.
Ningún país puede ser normal cuando su dirigencia dirime los debates a puro escupitajo.
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