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martes,
31 de
mayo de
2005 |
Mirar atrás para proyectar
La campaña rojinegra pudo ser mejor y aún puede corregirse
Existen múltiples razones de por qué Newell's no obtuvo mayor rédito futbolístico hasta ahora
Gustavo Conti / La Capital
El repaso de cómo fue el torneo Clausura hasta el momento para Newell's puede dar un indicio de por qué el equipo de Arsenio Ribeca no logró en 15 fechas una estructura sólida de conjunto, que le permitiera defender con mejores armas el título obtenido en el Apertura. No pudo ser y a 4 fechas del final se puede decir que le queda poco tiempo para encontrarla. Lo que sí se puede, en esta mirada retrospectiva que no pretende oficiar de guía de la verdad, es tratar de entender qué pasó para que las cosas resultasen así.
Newell's no fue un campeón espectacular del Apertura y tampoco es un desastre ahora. Ganó 4 partidos, igualó 8, más de la mitad de los encuentros que jugó, y sólo 3 rivales lo vencieron. Además, de los 10 equipos que tiene arriba en la tabla, no jugó con Boca y sólo cayó con uno al que bien pudo ganarle (Estudiantes).
Tan mal no le está yendo entonces, pero la sensación es que podría haberlo hecho mucho mejor, que tenía con qué más allá de la venta de Sebastián Domínguez, de la decisión dirigencial de colgar a Guillermo Marino y de que el club le daba chances a un entrenador sin experiencia en primera división.
Es más, Newell's empezó más que bien el campeonato y luego de 6 fechas había conseguido apenas un punto menos que el equipo campeón del Apertura y le habían convertido un gol menos. Y luego de las dos primeras jornadas, donde Ribeca priorizó no perder en su debut ante el ahora líder del Clausura y tampoco el clásico, el técnico apareció mejor plantado y hasta había encontrado el dibujo táctico, con 3 defensores, 2 volantes centrales, un enganche y dos delanteros, que sirve como cualquiera siempre y cuando sea bien aprendido por los jugadores.
Cuando en ese esquema cambiaron los intérpretes por obligación ante Instituto (por suspensiones y lesiones), Newell's flaqueó, además porque algunos jugadores clave del Apertura mermaron su rendimiento. Y a partir de ese primer tropiezo empezó la confusión rojinegra, que no se disimuló ni con el resonante éxito frente a River, cuando Ribeca modificó a tiempo el esquema en el mismo partido y pasó a jugar con cuatro en el fondo.
Desde ese momento nada fue igual y Newell's entró en una vorágine táctica. Alternó diferentes esquemas, con 3 o 4 defensores, con dos volantes de contención o uno solo, sin enganche o con dos, con uno o dos delanteros y hasta con un novedoso sistema frente a Almagro. Dio la sensación que pesaba demasiado en la decisión la formación rival, y tanto se buscó con determinación el arco contrario como se defendió sin pudor el propio.
Sería formidable si un equipo pudiera adaptarse rápidamente a cada circunstancia, a cada rival y a partir de allí generar su juego. Sería prácticamente imbatible, pero en la práctica, para un proceso que no tiene un campeonato, son demasiados cambios como para que se traduzcan en buenos resultados. Además, porque este equipo venía de consagrarse con otro estilo, definido y constante.
Esta etapa es de transición, siga o no siga Ribeca luego del Clausura. Y no lo es porque esté un técnico que hace sus primeras armas en el fútbol grande, porque si bien hubo varios en la misma situación del actual entrenador que pasaron sin pena ni gloria, también hubo uno que se consagró de entrada como Marcelo Bielsa.
No, calificar así a este momento es por lo que pasa dentro de la cancha y que tal vez se prolongó más de lo aconsejable. Quedan sólo 4 partidos, el equipo rojinegro todavía debe asegurar su lugar en la Copa Sudamericana, tal vez hasta pueda darle caza a Central en la tabla y superar a varios equipos y, principalmente, le queda algo de tiempo para dar indicios de que puede dejar de lado la imagen de equipo desequilibrado.
Si logra todo eso, que es difícil pero no imposible, si puede sacar cosas buenas de críticas constructivas sin empacarse como lo ha hecho, entonces Ribeca podrá calificar con un buen aprobado su primera experiencia y Newell's podrá dejar una buena semilla plantada para la apasionante temporada que se le viene encima.
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Ribeca y Marini buscan terminar de mejor manera este ciclo.
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