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sábado,
28 de
mayo de
2005 |
Se generalizan en Bolivia
los piquetes y la violencia
Manifestantes hirieron a 6 policías y destrozaron casillas de peaje. Sancionan a militares sediciosos
La Paz. - Seis policías heridos y dos manifestantes detenidos fue el saldo de un rebrote de la violencia en Bolivia, en donde cientos de manifestantes indígenas y maestros exigen la nacionalización de los hidrocarburos y piden la renuncia del presidente Carlos Mesa. La ciudad capital permanece bloqueada por violentos piquetes de estos grupos. En este marco de protesta social radicalizada, la ministra de Educación renunció a su cargo. En tanto, el ejército dio de baja a dos tenientes coroneles que habían llamado por televisión a deponer al presidente Carlos Mesa.
El comandante de la policía boliviana, general David Aramayo, informó que los seis uniformados fueron heridos en un ataque de los manifestantes desde una colina de la ciudad de El Alto, al bloquear la autopista con La Paz. Los dos detenidos, agregó, portaban dinamita. También se reportó el destrozo de siete casillas de peaje de la autopista. Las empleadas que las atendían tuvieron que huir.
Los militantes alteños piden la nacionalización de los hidrocarburos, la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la renuncia del presidente Carlos Mesa y elecciones nacionales, así como el "cierre" del Congreso.
La influyente Cámara de Industria y Comercio (Cainco) de Santa Cruz, pidió al presidente Mesa "que dé un paso al costado y convoque a elecciones nacionales". El sector industrial de Santa Cruz expresó asimismo su enojo por el bloqueo de carreteras y la duración del conflicto social.
Desde la otra vereda, el senador del Movimiento Al Socialismo (MAS), Román Loayza, anunció el bloqueo total de carreteras. "El próximo miércoles iniciaremos el bloqueo de caminos porque no hay voluntad del Parlamento para atender nuestro pedido", dijo, en relación a la polémica ley de hidrocarburos, entre otros puntos.
En tanto, dos tenientes coroneles que pidieron la renuncia del presidente de Bolivia, Carlos Mesa, y la instauración de un gobierno cívico-militar fueron dados de baja de las fuerzas armadas. La determinación, que se adoptó tras un procedimiento que duró 24 horas, se conoció después de los tenientes coroneles Galindo y Herrera se pronunciaran, a nombre de un supuesto "movimiento generacional", exigiendo la dimisión de Mesa, el cierre del Congreso y la nacionalización de los hidrocarburos, es decir, las mismas exigencias de los grupos más radicalizados.
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Un maestro lanza petardos contra la policía en La Paz.
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