El español Pablo Izquierdo impulsa más de 600 microemprendimientos

"Liberalizar es mucho más que privatizar"

Para que los fondos para el desarrollo tengan sentido, deben ser acompañados por la apertura de los mercados

El español Pablo Izquierdo tiene muy claro que liberalizar los mercados significa "darles oportunidades a todos" y no meramente "cambiar monopolios públicos por privados", como se hizo con las privatizaciones de los 90. Este ex diputado y senador del Partido Popular español sostiene que las cuantiosas ayudas al desarrollo que vierten Europa y EEUU sirven de poco si no vienen de la mano de la apertura de los mercados de esos países centrales a los productos de las naciones en desarrollo.

Izquierdo ha dejado la política profesional para dedicarse de lleno a la cooperación para el desarrollo, mediante la Fundación Iberoamérica Europa que preside y con la que ha impulsado más de 600 proyectos en América latina y España. El objetivo central es sustituir el tradicional mecanismo asistencial por la ayuda a microemprendedores, dando así a los sectores necesitados un papel activo en su propia inserción socioeconómica. Un giro copernicano en una región como la latinoamericana, tan habituada al asistencialismo clientelar.

El español vino a Rosario especialmente invitado por la Fundación Libertad a presentar el portal Diario Exterior (www.eldiarioexterior.com), el espacio en la Web de la institución que dirige, que alberga a su vez a la red iberoamericana Libertad y Desarrollo. El nuevo proyecto cuenta con el patrocinio de la Agencia Española de Cooperación Internacional y el apoyo de empresas e instituciones españolas y americanas. Diario Exterior es el primer portal en español de cooperación para el desarrollo y política exterior, se destacó en el acto de presentación hecho en la sede de la Fundación Libertad.

A título de ejemplos de la actividad de su organización, Izquierdo citó varios microemprendimientos que la filial argentina de Iberoamérica Europa ha logrado hacer prosperar. Tucumán, el Tigre y Rosario son por ahora los lugares elegidos para llevar adelante estas experiencias. Los fondos utilizados provienen de la Unión Europea.

Además de hombre de acción, Izquierdo es un liberal convencido, y remarca a cada paso que la sociedad latinoamericana no debe equiparar libertad económica con inequidad. "Las políticas de desarrollo no competen sólo a los organismos públicos", afirma. En este marco, "las empresas hacen un esfuerzo, muchas veces titánico, en favor del desarrollo. Hay que recordar que los recursos privados transferidos entre los países son siempre mucho mayores que los públicos". De aquí la necesidad de mantener como norte la libertad de comercio y la liberalización en general.

Por esto, "no debemos confundir nunca privatización con liberalización", puntualiza en diálogo con La Capital, pensando en las privatizaciones argentinas de los 90: "Si uno comienza por privatizar ruinosas empresas públicas para dar mejores servicios al ciudadano pero no establece un proceso de liberalización, al final se termina en que el oligopolio público se convierte en privado", enfatiza.

Izquierdo también hace hincapié en una paradoja: EEUU y Europa gastan grandes sumas de dinero en ayuda al desarrollo, a veces en proyectos destinados a impulsar productos a los que luego les cierran las puertas mediante sus políticas proteccionistas. "Sería mucho mejor abrir los mercados, por ejemplo, el mercado europeo al banano ecuatoriano", que gastar grandes sumas en ayudas a ese país. Recuerda a propósito de fondos de ayuda a gran escala el caso de Africa, continente que ha recibido a lo largo de décadas sumas enormes a fondo perdido para desarrollar sus sistemas sanitario y educativo, sin resultados perceptibles. Hay que dar, entonces, otro tipo de ayuda, a la vez que se impulsa la apertura de los mercados.


España y el riesgo populista
En cuanto a España, "su gran recuperación se debe a que, desde 1996, se estableció un gran rigor en el gasto. Porque el gran problema de España era el déficit, tan pernicioso como la inflación, ya que los déficit se tienen que financiar y la inflación es el resultado inevitable. Tuvimos varias devaluaciones. Y eso se terminó con rigor en las cuentas públicas".

En cuanto a su evaluación del año de gestión socialista, "veo a España con cierta preocupación porque los planteos populistas, con efectos inmediatos en la repuesta electoral, pueden acabar con estas políticas serias. En España preocupa el abandono de las políticas de equilibrio presupuestario y rigor fiscal".