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domingo,
22 de
mayo de
2005 |
Los estrenos bajo la lupa de Escenario
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"Episodio III"
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Ewan McGregor y Hayden Christensen. Dirección: George Lucas. Género: ciencia ficción. Duración: 140 minutos. Salas: Monumental, Siglo y Viallage. El filme de George Lucas saca su fuerza de energías que van más allá de lo cinematográfico. Tiene la grandeza del cierre de una saga que se ha mantenido vigente durante tres décadas, pero es una grandeza exterior. "Episodio III" es una película estándar, nada del otro mundo, mas al ser el cierre de la saga gana potencia: es lo que millones de personas estaban esperando y algo de lo que, bombardeo publicitario mediante, pocos quieren quedar afuera. El filme muestra los pasos finales de la conversión de Anakin Skywalker en Darth Vader, es decir que pasa de ser el elegido para el bien al soporte del mal, una
"La intérprete"
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Nicole Kidman, Sean Penn y Catherine Keener. Dirección: Sydney Pollack. Género: suspenso. Duración: 120 minutos. Salas: Monumental y Village. Solvencia profesional es lo que se advierte en el filme de Sydney Pollack. El pulso es firme. No por nada a Pollack le gusta hacer pequeños papeles como actor en los que es, de alguna manera, siempre el jefe (el abogado en "Ojos bien cerrados", el superior de Sean Penn en "La intérprete"). Esa presencia cohesiona el filme que hace agua por otros lados: por ejemplo, es otro caso más de un policía (o algo parecido) que ha perdido a su esposa y se encuentra en un caso con una bella chica, y eso sin mencionar las citas a Hitchcok. Kidman es la chica en cuestión y su papel es interesante, aunque no está del todo logrado. El gancho era que mienta, esconda, tergiverse, y que eso importase. Sin embargo, no siempre importa del otro lado de la pantalla y ahí entonces fallan tanto Kidman como el filme. No logran el interés en el espectador que despertaba, por citar un gran filme, las mentiras de Faye Dunaway en "Barrio Chino", de Roman Polanski. En "La intérprete" al espectador no le importa si Kidman miente, engaña o tergiversa, y es por eso que Pollack no consigue más que una película regular, con al aporte innegable de Sean Penn en un papel que resulta familiar y que el actor sabe desarrollar (la repetición quizás ayude) con exactitud.
F.T.
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