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domingo,
15 de
mayo de
2005 |
No pudo subir
River está en crisis y Olimpo sacó provecho
Le ganó 2 a 0 en el Monumental
Olimpo, en su lucha por evadir el descenso a la B Nacional, se anotó un triunfo bárbaro: le ganó por 2-0 a un River sumido en una crisis interna y futbolística que le impidió, por tercera jornada consecutiva, subirse a la punta.
En uno de los encuentros válidos por la 13ª del Clausura, los remezones de la disputa interna entre Ameli y Tuzzio parecieron trasladarse a la cancha, donde el millonario dejó una imagen por demás discreta.
Es cierto que los dirigidos por Astrada presentaron una formación titular con apenas tres jugadores de los que suelen desempeñarse habitualmente (los dos mencionados y Gallardo).
Pero también lo es que a pesar del supuesto hándicap que otorgó por reservar jugadores para el próximo compromiso copero (el martes en Ecuador, ante Liga Deportiva Universitaria, por el cotejo de ida de octavos de final), cualquier equipo de River, se sabe, tiene un potencial superior al que puede enarbolar otro que está peleando por evitar el retroceso a la segunda categoría del fútbol local.
El conjunto bahiense, que gana centésimas y parece alejarse del fantasma tan temido, contó con un aliado impensado: la discreta labor del árbitro Angel Sánchez, que concedió un penal inexistente con el cual el aurinegro se puso en ventaja.
Es que sobre las postrimerías del primer tiempo, Sánchez vio una fantaseosa mano de Ahumada en el área grande y sancionó la pena máxima, pese a que su asistente Claudio Rossi le indicaba claramente que el defensor millonario había rechazado el balón con la cabeza.
La ejecución, a cargo de Diego Galván, representó la apertura del tanteador en favor de los bahienses.
En el segundo período, con un planteo ordenado, con dos líneas de cuatro bien ubicadas y una soberbia actuación del arquero Julio Gaona, el elenco visitante supo esperar el momento justo para pegar el golpe de nocaut.
A los 20', cuando Galván metió un cabezazo que escapó al control de Lux y puso un impensado 2-0 en favor de Olimpo.
De allí hasta el final, el monólogo de River (ganó algo de claridad con el ingreso de Luis González) denunció la falta de variantes para llegar al área rival, a la par que agigantó la figura de Gaona, quien se quedó con tres remates desde media distancia y un cabezazo de Farías que pedía grito de gol.
El pueblo millonario se retiró en silencio, con la boca abierta pensando en el devaluado clásico del domingo ante Boca, otro grande que viene de tropiezo en tropiezo.
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