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domingo,
15 de
mayo de
2005 |
"El ministro
debe irse..."
Carlos Duclós / La Capital
Sobre los argentinos parece que pasa un tsunami que arrastra no sólo con el derecho a una vida digna, sino con todo vestigio de esperanza. Demás está recordar al lector tantos escándalos en el país y en la provincia, sin olvidar el derrumbe del Parque España en Rosario por falta de controles. Sin embargo, vale la pena recordar algunos hechos desgraciados: el escándalo de las narcovalijas a España; el escándalo por el hallazgo de cientos de kilos de coca en un vehículo conducido por policías; el escándalo denunciado por Joaquín Morales Solá sobre las coimas pedidas por funcionarios del gobierno a empresas extranjeras; el escándalo de los aumentos de dietas de los legisladores sanjuaninos, medida retractada luego, pero al fin consumada por los legisladores de Santa Cruz sin que nadie dijera nada; el escándalo de la libertad de María Julia Alsogaray apenas empezó a hablar sobre los haberes de los funcionarios; el escándalo de la libertad de Chabán, y el no menor escándalo de que Ibarra siga aún en el poder y encima hable.
Los escándalos no han estado ausentes en Santa Fe, aunque en rigor de verdad, no con la virulencia que caracteriza al orden nacional. El escándalo de Coronda con varios presos muertos; el escándalo que siguió en Coronda con más presos heridos y otro escandalete en Coronda (¡ay Coronda!): hacerles firmar a los presos un documento en el que se los hace responsables de su propia seguridad. El hecho determinó que el propio presidente de la Corte Suprema de Justicia provincial, Rafael Gutiérrez, dijera con razón que el creador de la medida merecía el Premio Nobel a la estupidez.
Por eso carecen de todo fundamento estas versiones que han echado a correr algunos sectores políticos sobre enfrentamientos entre Reutemann y Obeid por el tema Aguas Provinciales. "No hay que ser un analista político para saber y darse cuenta de que el tema sólo es un caballito de batalla que quiso usar la oposición que devenida vidente auguró un verano sin agua", dijo un dirigente del PJ y añadió: "A la ciudadanía le interesa la prestación de un servicio apropiado y no quien lo haga. Aunque Obeid equivocó su discurso". La verdad es que Obeid no sólo equivocó su discurso, sino muchas cosas y como se ha dicho aquí, se equivocó en no mostrar a la ciudadanía lo que se hizo hasta el momento. Porque a pesar de todo el lastre hay ministerios que trabajan y hacen, como el de Obras Públicas, aunque la labor permanezca oculta por la incapacidad de los funcionarios de comunicación del gobierno. Y tal vez aquí deba buscarse la razón, en realidad, del enojo del senador.
Por eso la reflexión del dirigente de marras debe ser analizada: "Todo esto termina perjudicando al presidente de la Nación, al Frente para la Victoria y al PJ". Y añadió algo que dejó a todos pensando en la mesa informal de un café rosarino donde se desarrolló la charla: "El ministro debe irse". Se hizo un silencio y todos quedaron mirando al dirigente, quien siguió con una frase explosiva: "Sí, Hammerly debe irse de este gobierno para formar parte de una institución colegiada, en donde su trabajo para la provincia pueda ser reconocido y el peronismo tendrá que pedirle a Obeid que otros ministros también se vayan..., pero a su casa, de lo contrario el 2007 nos hallará sumergidos".
No faltó en la reunión quien se fuera con la impresión de que hay un nuevo nombre para la grilla de partida de los candidatos a diputados nacionales del PJ y que la idea de necesidad de cambios va tomando cuerpo con la renuncia de Rossi. Proviniendo las palabras de un bien informado dirigente sureño, es de suponer que la idea del nuevo candidato y de los cambios anda rondando.
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