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 domingo, 15 de mayo de 2005  
Investigan a un mozo por serie de abusos sexuales
Está acusado por casos ocurridos en San Isidro y Olivos. Lo descubrieron por un tatuaje chino

Un mozo que está preso acusado de haber abusado sexualmente de cuatro mujeres en el partido bonaerense de San Isidro y que fue reconocido por un tatuaje chino, fue imputado ahora de otros dos hechos ocurridos en Olivos y la Justicia busca más víctimas luego de que psiquiatras determinaran que tiene el perfil de un criminal serial.

Se trata de Rodrigo Marcelo Somoza Ebbecke, un mozo, aprendiz de chef y profesor de música de 26 años, que el pasado 1º de abril fue detenido en su departamento de Olivos, luego de ser reconocido por cuatro chicas como el hombre que había abusado de ellas.

En todos los casos, las mujeres fueron abordadas por un hombre que se movilizaba en un auto Volkswagen Senda blanco, que buscaba a sus víctimas en la calle, las amenazaba con un arma y las subía al vehículo. Dentro del auto, les robaba y las obligaba a practicarle sexo oral o a masturbarlo, pero ninguna fue penetrada.

Por esos cuatro hechos, Somoza Ebbecke cumple desde el 29 de abril pasado prisión preventiva, luego de que la Justicia de San Isidro hiciera lugar al pedido de procesamiento de la fiscal de Martínez que investigó los hechos, Bibiana Santella. Sin embargo, tras su detención, otras dos causas de abuso sexual fueron remitidas desde la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de San Isidro de Lino Mirabelli a la fiscalía de Santella, ya que las víctimas también reconocieron a Somoza Ebbecke en rueda de presos, según contaron fuentes judiciales.

Uno de esos casos ocurrió a la salida del boliche Sunset de Olivos y tuvo a dos víctimas simultáneas que fueron obligadas a subir al automóvil del abusador.

Según las fuentes, dentro del auto, una de las chicas fue manoseada y la otra obligada a realizarle sexo oral al delincuente. Sin embargo sólo una de ellas pudo reconocer al mozo.

Una de estas nuevas víctimas de Olivos aportó una prueba clave: un pantalón de corderoy manchado con el semen del violador. La fiscal Santella ya ordenó que la prenda de vestir sea enviada a laboratorio para una prueba de ADN.

Se trata de la segunda prueba que podría condenar a Somoza Ebbecke si son coincidentes los patrones genéticos, ya que la fiscal contaba, de los cuatro hechos que ella investigó en San Isidro, con un pañuelo descartable que el abusador empleó para limpiarse su semen tras uno de los ataques.

Tras una serie de idas y vueltas, el mozo accedió a extraese una muestra de sangre cuyo ADN ahora está siendo comparado con el del semen del pañuelo y el del pantalón, confirmaron las fuentes. (Télam)
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