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domingo,
15 de
mayo de
2005 |
El cazador oculto: "La tristeza de las promesas incumplidas"
"Meet agree". Así se llama a la reunión que los artistas mantienen con un puñado de invitados VIP cuidadosamente elegidos en el backstage de sus shows. En esos encuentros, los ricos y famosos tienen el privilegio de hablar cara a cara con sus ídolos y, si tienen suerte, hasta estrecharles la mano. El sueño del pibe para todo cholulo. No importa el linaje, ni el saldo de la cuenta bancaria. Por eso, cuando los hombres y mujeres que ocupaban la primera fila en el desfile del Portal de Rosario se enteraron que habían sido invitados a un "meet agree" con las modelos, saltaron en una pata. Tanto es así que olvidaron en el acto el esfuerzo que habían hecho para ver, a través del cristal vidriado del techo del shopping, los vestidores ubicados detrás del escenario. Sin demora se encaminaron en fila india rumbo a Juan D'Ammore, el lugar señalado para el encuentro. Un cóctel servido, vaya sorpresa, por Miguel Basaldela. Sí, el diputado usandizaguista que, por el afán que ponía en sus tareas, parecía haberse tomado a pecho el reclamo de que se vayan todos de la política. Ahí estaban, ansiosos por ver a las chicas, el "golden boy" de Canal 3, Adrián Gallo, que mientras esperaba masticaba furiosamente un chicle. El Turco Nazer, quien, pese a ser un guerrero de mil batallas, no podía borrar la sonrisa nerviosa de sus labios. Y eso que la reunión se había organizado para lanzar su nuevo emprendimiento, la revista femenina "Freia", y como todo buen anfitrión debía mantener el aplomo. Pero quién puede conservar la calma cuando de un momento a otro puede quedar frente a alguna de las mujeres más soñadas de las pasarelas argentinas. Nadie. Claro. Tampoco Juan Jacob, quien no podía quitar la mirada de la puerta del coqueto restaurante. Pese a su vasta experiencia, el hombre, recién llegado de Puerto Rico, no podía sustraerse de la agitación que se respiraba en el ambiente. Y no es para menos. A su lado estaba Tomás Ferguson, uno de los solteros más codiciados de la ciudad, hecho una tromba. Hablaba de golf, pero en el brillo de sus ojos se adivinaba una segunda intención. Pero, tanta excitación fue en vano, las chicas llegaron, pero ellas, las reinas de la noche, Ingrid Grudke y Rocío Guirao, se fueron sin decir adiós. ¡Qué desgracia!
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