Dos caras de una moneda

Graves sucesos conmocionan a la opinión pública del país por denuncias de sobornos en el Senado, el oscuro financiamiento de la política que permite los vicios que actualmente muestra el sistema, los sobresueldos y pactos de impunidad a funcionarios públicos sólo amparados por normas secretas. Se considera a la Side una caja negra para su funcionamiento. El panorama no puede ser más sombrío. Lo antedicho nos llama a recordar y comparar lo ocurrido en el año 1868 cuando el general Bartolomé Mitre dejó la Presidencia de la Nación y fue elegido senador. Su primera inquietud fue lograr el sustento para su esposa e hijos, dado que había dejado la Presidencia más pobre que cuando había asumido. Sucintamente, esto se deduce de una carta que dirigiera a su amigo y compañero de armas el general Paunero. En ella le detallaba sus ingresos como legislador nacional y la carencia económica que lo agobiaba, dado que tan sólo durante cinco meses gozaba de sueldo como senador (durante el período ordinario de sesiones), mientras que el resto del año percibía un salario de 78 pesos como militar. Por lo tanto, para cubrir el déficit que ello le ocasionaba debía recurrir al trabajo con la pluma, montar una imprenta y editar un diario. Contaba con energías, y sin amarguras volvía a iniciar su carrera, sin ser jamás un hombre costoso para su país. ¡Qué ejemplo Bartolomé Mitre! Militar, político, legislador, diplomático, periodista, traductor, presidente de la Nación e historiador. Se lo considera uno de los organizadores de la Argentina moderna. Viendo a gran parte de nuestra clase política y funcionarios públicos cómo manejan los destinos de nuestra patria, con dolor observamos que no están siquiera a la altura de la suela de los zapatos de Mitre.

Enrique E. Bianchi, DNI 3.693.794