Más peajes

Debo ser un pésimo conductor, porque me aterran problemas que a casi nadie preocupan. Aunque también es posible que todavía no haya aprendido a vivir en el cuarto mundo, dónde lo "más o menos" está bien y lo legal es sólo para pusilánimes. ¡Hay que poner más peajes! En la autopista a Buenos Aires hay solamente tres. Los arreglos tardan más de lo debido y mientras en ciertos tramos se realizan mejoras, en otros se sigue deteriorando. Quizás los materiales no sean los mejores. Las líneas blancas que delimitan la ruta no están pintadas. Quizás seis peajes alcanzarían para solventar los salarios de centenares de manos desocupadas, que ávidas de trabajo y con pincel en mano estarían dispuestas a poner coto a los futuros accidentes. A mi juicio es imposible conducir a 120 kilómetros por hora sin una buena señalización de la traza blanca. Si no bastara con las nuevas cabinas, insto a las fábricas de pintura que todavía quedan en pie a donar unos cuántos hectolitros de color blanco. Al mismo tiempo me enorgullezco de la enorme masa de conciudadanos que no prueba dificultad para manejar por nuestras rutas, de noche y sin estrellas.

Fernando Sauro