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lunes,
09 de
mayo de
2005 |
La importancia de sumar voluntades
Pero no sólo las “Grandes” logran una buena perfomance en el rubro de la Responsabilidad Social. Juan Sagardoyburu, de la droguería avícola Bedson en la que trabajan 70 empleados, desarrolló un programa de responsabilidad basado en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, además de tener un puntal en las encíclicas del Papa Juan Pablo Segundo.
“Para nosotros una empresa es una comunidad de personas y en este sentido sostenemos que lo primero que hay que hacer es cumplir con el pago de impuestos, tener un médico en la fábrica, que los empleados puedan hacer sugerencias y que el ambiente de trabajo sea en armonía. No sólo el lucro, sino el compromiso con nuestros empleados y con los vecinos es parte de la ganancia diaria”, destacó.
En este sentido recordó que “en el 2001 y 2002 la empresa realizó una colecta entre los empleados para colaborar con la escuela y los accionistas duplicaron la colaboración de todos los empleados. Esto motivó que ahora tengamos a cargo no sólo esa escuela, también sostenemos un comedor de una villa de emergencia cercana”, señaló.
Cargill y Arcor en varios puntos del país, Bedson en Pilar, Buenos Aires, y otros empresarios desde sus lugares y sus posibilidades colaboran y concientizan a sus empleados, tal vez de manera anónima, en la importancia de sentir a la empresa como un engranaje de una sociedad más justa.
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