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 lunes, 09 de mayo de 2005  
Empresas cooperativas y grupos de emprendedores
Creatividad y compañerismo para enfrentar la crisis

Delcia Karamoschón / La Capital

Reflotar y poner en práctica nuevas costumbres, capacitarse y recuperar empresas cooperativas mediante son algunas de las opciones que ex desocupados encontraron para enfrentar la crisis económica y la falta de inserción en el mercado laboral. En el norte del Gran Rosario los ejemplos sobran y también los deseos de progreso y los resultados exitosos.

Tal es el caso de las Artesanas de la Cocina de Pérez que encontraron en la cocina un negocio sustentable.

Elaboran alimentos caseros, son más de 15, la mayoría mujeres y varias ya tienen su propia firma. Se agruparon después del 2001 "la crisis del enero nefasto y de la desesperación nos empujó. Nos han querido organizar como cooperativa, pero no queremos títulos, somos autoconvocados", dicen. Tienen tres establecimientos habilitados, uno de dos plantas en Pérez -donde se elaboran la mayor cantidad de los productos- otro en Soldini y este año inauguraron un local en el aeropuerto.

Trabajan sin estructuras, confeccionan planillas de encargos, alguien hace la liquidación, separan el diez por ciento para el local del aeropuerto y luego dejan los sobres con los importes de las ventas para que cada artesano pase a retirar el suyo. A la hora de cocinar se juntan "para economizar luz" y si aparecen gastos extras, pagan entre todos. "La idea es que artesanos no crezca como una firma porque le tenemos miedo a la discordia, en cambio así nos llevamos bien".

Para ellas, el aeropuerto resultó una importante vidriera; "nos permitió el contacto con la firma Falabella que está interesada en comenzar a vender nuestros productos en todas sus tiendas" y recientemente un empresario chileno que compró en el local, se interesó para distribuir los artículos en ese país. Su forma de trabajar es única: "Alguien tiene que hacer empanadas y yo le presto horas que me las devuelve cuando tengo que hacer alfajores", explicó Luly Ariza quien tiene el honor de haber elaborado el primer alfajor rosarino. Este producto se muestra como emblema turístico y el mismo Etur (Ente Turístico Rosario) lo lleva como souvenir a sus almuerzos de trabajo. Recientemente un inversor de Estados Unidos se asoció para producirlo y además mejoró la fábrica.

Hay quienes cultivan yirgolas (hongos) y las transforman en diversos alimentos, otros elaboran productos derivados del chocolate, la miel, arándanos y exquisitas salsas para baña cauda. Además están las famosas tortas talladas, artículos de confitería, pastas, todo tipo de panificación y carnes no tradicionales "hasta contamos con una chica que pinta calabazas que ella misma cosecha y que en estos momentos está exponiendo en Buenos Aires", graficó Luly.

Desde hace un tiempo participan en ferias. Este fin de semana estarán nuevamente en Chabás en la Fespal (Feria y Seminarios de Producciones Alternativas) "Nos dieron un espacio como productos regionales de Rosario, además contamos con el constante apoyo de la ONG Fide (Fundación Iberoamericana para el Desarrollo). La organización les da cursos para aprender a exportar y les enseña a convertirse en empresarios pero manteniendo su identidad. El 11 de marzo estarán con dos estanes en la Fiar (Feria Internacional de la Alimentación de Rosario), también impulsados por Fide y la Secretaría de la Producción de la Provincia.


Dejar la historia productiva
Pérez creció y vivió del ferrocarril pero cuando fueron concesionadas las líneas ferroviarias de transporte de carga y pasajeros, los 400 operarios que trabajaban en los talleres pasaron a ser "prescindibles". Fue entonces que 180 personas no se resignaron a quedarse en la calle ni a alejarse de lo que sabían hacer. En 1993 se constituyeron como cooperativa de trabajo, comenzaron reparando 15 máquinas que les encargó el Estado y con gran esfuerzo, a fines de 1998 lograron adquirir el predio. Gracias al sacrificio exclusivo de sus asociados -hoy son 80- han logrado permanecer en actividad los últimos 12 años ratificando sus antecedentes de calificado reparador y fabricante de material rodante ferroviario. La cooperativa recibe encargos de varias empresas concesionarias, en especial del Nuevo Central Argentino (NCA).

También trabajan para Repsol y con otra firma de Buenos Aires a pedido de la Secretaría de Transporte de la Nación. Además de asegurar la continuidad laboral de sus socios, tienen contratados 50 empleados. También fabrican unidades tipo container para transporte de chatarra: "Ya hicimos 30 y en pocos días vamos a firmar contrato para producir otra cantidad similar, es decir que tenemos asegurado trabajo para todo el año", confirmó con orgullo el secretario de la cooperativa, Oscar Gracioso. Pero no todo fue tan fácil, ante la demanda de producción necesitaban operarios calificados. Durante largo tiempo el pedido estuvo publicado en las páginas de clasificados de este diario.

Finalmente, los ferroviarios más viejos decidieron tomar gente con experiencia básica y capacitarlos. Su buen desempeño fue un impulso para 20 colegas de los ex talleres de Rosario que, ante el inminente cierre de la planta, decidieron formar otra cooperativa. Con el visto bueno de sus compañeros perecinos se trasladaron al mismo predio, contrataron personal y se abocaron a fabricar vagones de pasajeros, coches dormitorio, comedor y pullman para el ramal Retiro-Córdoba. En menos de dos meses la cooperativa hermana fabricó cinco vagones y ahora a pedido del Estado van a fabricar coches "cartoneros". Gracioso, recordó que ante momentos difíciles "los hemos ayudado no solo dándole espacio físico sino que, cuando no tenían trabajo, le pasábamos nuestros vagones o los contratamos, porque para eso somos compañeros". A la hora de evaluar los logros, el cooperativista destacó que "el balance del 2004 nos dio positivo y estamos aún más contentos por la calidad del trabajo que brindamos, ya que las máquinas que hicimos no tuvieron problemas".


La capacitación como clave
Empezaron estudiando las necesidades del sector metalúrgico y detectaron una fuerte demanda de personal calificado como consecuencia del boom del agro. Ese fue motivo suficiente para que la Secretaría de la Producción de Carcarañá se abocara a dar cursos de capacitación. En el 2004 financiaron siete cursos de soldadura y otro de introducción a la empresa metalúrgica. Contaron con el apoyo del taller ocupacional José Censabella y de las empresas del rubro que prestaron los elementos necesarios para las prácticas. Cada curso reunió a 20 personas de las cuales un porcentaje importante logró insertarse laboralmente; incluso las metalúrgicas solicitan a los aspirantes que previamente hagan los cursos. También enseñaron refrigeración para empresas frigoríficas y este año, con el programa "Más y mejor trabajo" de la Nación, retomaron la capacitación para soldadores. En pocos días iniciarán un taller para ingresantes metalúrgicos, destinado a los jóvenes que aspiran tener su primer empleo y tienen previsto otro más específico sobre torno de control numérico. A su vez, relevaron el sector maderero y el de la construcción donde detectaron que faltaban obreros. Fue así que empezaron a enseñar albañilería, electricidad, pintura e instalación sanitaria domiciliaria. "Son todos oficios con salida laboral casi inmediata", explicó Yisel Burki, responsable de la secretaría.


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