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lunes,
09 de
mayo de
2005 |
Economías alternativas en la región
Ganas de empezar otra vez
Desde familias a cooperativas, la salida de la crisis tuvo tantos matices como permite el ingenio
Silvia Carafa / La Capital
Cuando la crisis de los años noventa crispó el nervio productivo del sur santafesino, varias convicciones perdieron su vigencia; entre ellas las del trabajo formal. Miles de personas quedaron indefensas frente a la voracidad de un sistema que los expulsaba del sustento seguro y de la dignidad. La falta de empleo se instaló con dureza insospechada para una región acostumbrada a codearse con la abundancia de tierras y recursos.
Lo inédito de la situación obligó a comunas y municipios a diseñar soluciones para enfrentar el problema, a partir de las especificidades de sus pequeñas y medianas comunidades. En cada uno de los gobiernos locales, se fortalecieron las áreas destinadas a la Producción, los centros económicos agudizaron el ingenio, y las organizaciones civiles reorientaron sus objetivos y recursos.
Así, de cara al problema, acorazados para enfrentar a los incorpóreos y temibles hilos de un mercado globalizado a presión, los afectados comenzaron redimensionar un rol: el de emprendedores. Una especie de edición aggiornada del espíritu pionero de los inmigrantes, impulsó a los expulsados del sistema, a sopesar el valor de las fuerzas conjuntas. Así decidieron que la horizontalidad es una buena forma de avanzar, que había mucho por aprender para enfrentar la crisis, y que, además, necesitaban recursos para hacerlo.
El primer paso estaba dado. Una especie de edición aggiornada del espíritu pionero de los inmigrantes impulsó a quienes habían quedado fuera del sistema formal de trabajo, a sopesar el valor de las fuerzas conjuntas. Así decidieron que la horizontalidad era una buena forma de avanzar, que había mucho por aprender para enfrentar las consecuencias de la crisis y que además, necesitaban recursos para hacerlo.
"Gente que había tenido un buen pasar de pronto no tenía para comer", explicó el Secretario de Producción de la municipalidad de Firmat, Miguel Garrofé. Y agregó que organizar la salida de la crisis fue un aprendizaje para todos los actores sociales. "Lo primero fue generar motivación para quienes llegaban con los brazos caídos, vi llorar a padres de familia que no encontraban salida", acotó.
Perfiles productivos
Sobre aquella crisis en carne viva los emprendedores construyeron nuevos espacios. "Comenzamos a batallar con el tema de los arándanos que impulsó el ingeniero Héctor Busilachi", relató Osvaldo Salomón, presidente comunal de Chabás, la localidad del sur santafesino que desde la semana pasada es la Capital Provincial de las Producciones Alternativas. Claro que para llegar a este título, corrió mucha agua bajo el puente. "En aquel momento parecía que hablábamos en chino", comentó.
Para Salomón, estos proyectos tienen distintas características. Así, los emprendimientos familiares pertenecen a sectores asalariados o autónomos que con pequeñas inversiones obtienen ingresos complementarios; producen conejos, hongos, dulces y alimentos artesanales. Con el tiempo, otros proyectos devienen en Pymes, tal el caso de criaderos de chinchillas o depostadoras de conejos, cuya facturación les da un lugar en el mercado interno o en la exportación.
También hay emprendimientos "intermedios" tales como chacinados, alfajores y licores, que generan ingresos para todo el grupo familiar, están dirigidos a un mercado masivo regional y nacional, y requieren asociativismo para obtener volúmenes. La producción de arándanos, aromáticas, aloe y apicultura suele alcanzar mayor envergadura a través de cooperativas y consorcios.
Las novedades
Desde la Municipalidad de Venado Tuerto, Darío Mascioli dijo que se impulsó la creación de la Cooperativa Granjera de Microemprendimientos Agropecuarios, para apuntalar la integración de productores rurales de huevos. Así como la Cooperativa de Conejos y la Asociación de Apicultores del sur de Santa Fe, además de una cooperativa textil. En su opinión los nuevos proyectos necesitan ventajas competitivas sustentables, tecnología y calidad humana.
Por su parte, Patricio Erceg, presidente comunal de Bigand, explicó que la necesidad de sostener a este tipo de iniciativas, impulsó la creación de la Asociación de Municipios Productivos, para gestionar ante el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación las herramientas financieras necesarias, como el Plan Redes. A través del cual, las comunas administran un fondo que se distribuye en préstamos cuya amortización permite recomenzar un ciclo de nuevos proyectos.
Vicente Martelli, jefe comunal de Alcorta, dijo que los emprendedores no buscaban ayuda sociales sino asistencia y acompañamiento. Así se pusieron en marcha, talleres de confección, de chapería y pintura, desmalezamientos, cría de ponedoras, enfardadoras, fábrica de cemento premoldeado y de prendas de jean. Además, de servicios de hidrolavadoras, artesanías de alpaca, vitrofusión, cuchillos y la producción de tejidos a través del proyecto Rueca y Telar.En Cañada de Gómez, el Programa Manos a la Obra, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, habilitó 33 emprendimientos, que la municipalidad monitorea y acompaña.
La fragilidad de una herramienta
A pesar de que los emprendimientos buscan consolidarse como "economía social", aún resultan vulnerables. "Alerta, que la reactivación del sector agropecuario no aburguese los procesos de creatividad emprendedora, ni haga deponer acciones de quienes estudian incorporar valor agregado a nuestras materias primas", sostuvo Mascioli. En igual sentido, Garrofé señaló un riesgo latente "muchos, apenas pueden regresar al trabajo formal".
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