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lunes,
09 de
mayo de
2005 |
Banco de alimentos
Compromiso y honestidad para ganarle al hambre
Fundación Banco de Alimentos promueve la donación de stocks no comerciales aptos para el consumo
Clarisa Ercolano / La Capital
Diariamente toneladas de alimentos aptos para ser consumidos son destruidas en un país donde casi la mitad de sus habitantes vive bajo la línea de pobreza. Defectos de embalaje o presentación, etiquetas mal pegadas, abolladuras, vencimientos próximos vuelven a un producto incapaz de circular por el circuito comercial pero sin embargo su contenido se puede consumir. Con la idea de coptar esos productos y repartirlos entre los sectores más necesitados surgió en Buenos Aires la Fundación Banco de Alimentos, una entidad que aspira a reducir el hambre con la utilización de estos productos que luego clasifica y dona de acuerdo las normas sanitarias en vigencia en entidades comunitarias. Entre 100 y 115 mil kilos por mes llegan a 52 mil personas en Capital y Gran Buenos Aires desde que nació la entidad en el 2001.
Esta iniciativa replica en el país el modelo Food Banks establecido en Estados Unidos y Europa que facilita la donación de alimentos mediante una recolección eficiente y una distribución efectuada con personal contratado y voluntario.
Para llevar a cabo su operación diaria el Banco de Alimentos cuenta con 120 voluntarios que trabajan en el deposito, recorren las entidades receptoras y asesoran a los donantes. Alrededor del mundo hay trescientos bancos de este tipo. El primero se inició en los sesenta cuando un jubilado norteamericano" John Van Hemgel organizó la recolección de los alimentos no usados en los supermercados para repartirlos entre los mas pobres.
Bernardo Swinnen es director ejecutivo del banco de Alimentos y lo define como "el perfecto vínculo entre las empresas productoras y de comercialización de alimentos y las personas con hambre".
Swinnen explicó a La Capital que colaboran con las instituciones pero no garantizan la ayuda. "Nuestro beneficiario es aquel que hoy come pero no sabe si va a comer mañana, un chico que del viernes al lunes que vuelve al colegio, no sabe si come".
La mayoría de las veces los pedidos exceden el nivel de ayuda y esto obliga a priorizar las instituciones que asisten a chicos, "tenemos 200 instituciones inscriptas pero hay un cien por cien en condiciones de incorporarse en lista de espera", reconoce Swinnen.
La respuesta de las empresas es variable, algunas aceptan que la proposición es válida pero por cuestiones de seguridad prefieren seguir destruyendo alimentos, otras deciden donar pero no darse a conocer públicamente y la mayoría acepta sin problemas. "La relación con los donantes crece, cuando ven la rendición de cuentas, el reparto de acuerdo a fechas de vencimiento de acuerdo los pedidos de instituciones, cuando ven la organización", asegura Swinnen satisfecho.
Cuestión de leyes
La ley de donación de alimentos se sancionó por el Congreso al final del año pasado pero el Ejecutivo vetó el artículo 9, que exime de culpabilidad al donante en cuanto a la mala distribución de alimentos por parte de terceros. "Ese articulo es crucial y estamos trabajando por que eso es lo que más detiene a una empresa al momento de donar, cuando la empresa actúa de buena fe y cumple con los requisitos no debe verse involucrada por la mala acción de un tercero", señaló el director.
Una vez que se agota la partida del donante la empresa recibe una planilla con la cantidad de productos, la fecha y el nombre de a quienes fueron entregados en tiempo y forma. A su vez cualquier donante que quiera constatar que su ayuda llega las instituciones puede hacerlo mediante una simple vista al sitio de internet.
Tandil, Mar del Palta, La Plata, Santa Fe, Salta Tucumán, Mendoza, Córdoba, Virasoro y Goya ya cuentan con este modelo de ayuda. "Es simple de aplicar, tiene que ver con el compromiso de la comunidad y las personas que desarrollan el proyecto, es eficiente y simple y por eso se usa en todo el mundo", sostiene Swinnen quien además agregó que los que se involucran deben tener igual compromiso con el donante y con el beneficiario.
El balance de los años de funcionamiento es bueno, ahora el desafío pasa por estabilizar el ingreso de las donaciones y garantizar mayor calidad nutricional en los alimentos que se reparten mas allá de generar confianza para que además de los remanentes las empresas donen productos para ayudar al banco a que tenga un ingreso estable
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