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domingo,
08 de
mayo de
2005 |
Sobresueldos: otro round de acusaciones
Elisa Carrió y López Murphy cargaron contra las leyes secretas. Alberto Fernández no teme que lo investiguen
El gobierno nacional y los dirigentes de la oposición Elisa Carrió (ARI) y Ricardo López Murphy (Recrear) siguieron ayer con el cruce de acusaciones por la "continuidad" de las leyes secretas que permitieron en la década del 90 el pago de sobresueldos a funcionarios con fondos reservados.
"Por mí que investiguen todo lo que quieran, no tengo nada que ocultar", dijo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, frente a las acusaciones de Carrió y López Murphy, quienes advirtieron que cuando era superintendente de Seguros en la primera etapa del menemismo también cobraba sobresueldos.
López Murphy manifestó ayer que le resulta "anormal" que un ministro del actual gobierno cobre 3.000 pesos cuando funcionarios de menor jerarquía cobran "12 veces más", e instó a que "más que mirar lo que ocurría en la década del 90, hay que resolver el problema de hoy".
Por su parte, Carrió acusó ayer al ex presidente Carlos Menem de "capitanear una matriz" de corrupción que "continúa" con el actual gobierno, y advirtió que por las pruebas acumuladas hasta ahora en la causa de los sobresueldos, el riojano "ya no puede hacerse más el distraído".
Alberto Fernández le salió al cruce a la nueva embestida de los líderes de la oposición y acusó a Carrió y a López Murphy de "difamar porque son dirigentes desesperados que no saben hacer política". Luego enfatizó: "Las difamaciones de Carrió son algo permanente, pero lo de López Murphy es dar un manotazo de ahogado".
Por primera vez los líderes del ARI y Recrear coincidieron en criticar al gobierno por las sospechas de sobresueldos y lograron filtrar el escándalo en el inicio de la campaña electoral.
Carrió abogó porque la detenida ex funcionaria menemista María Julia Alsogaray "pueda decir todo" lo que sabe sobre las irregularidades cometidas en la década del 90 y "que piense que esa verdad espantosa -añadió- puede servirle a nuestros hijos para que no sean corruptos y coimeros".
Ante las acusaciones reiteradas de los dos únicos candidatos de la oposición declarados, el jefe de Gabinete volvió a negar que en este gobierno continúe esa práctica clandestina de manejo de los dineros públicos.
El jefe de Gabinete y su par del interior, Aníbal Fernández, volvieron a rechazar ayer la derogación de las normas secretas que permiten gastos reservados específicamente en temas de "seguridad e inteligencia".
Alberto Fernández advirtió que eso "significaría dejar al Estado sin recursos para prevenir y anticipar delitos".
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