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domingo,
08 de
mayo de
2005 |
El cazador oculto: "Una semana con la agenda muy apretada"
Los ricos y famosos tuvieron una semana agitada. Para seguirles el paso hubo que trazar un plan y cumplirlo a pie juntillas. El más mínimo descuido podía resultar fatal. Se podía perder un canapé, una copa de champagne o lo que es aún peor, una sonrisa de ocasión. Todo empezó el lunes, en los altos de la Fundación Libertad, con el relanzamiento de "A fondo". Nada nuevo. Caras serias, corte militar y el catálogo completo de London Tie. Un detalle: entre tanto aspirante a yuppie se coló la nariz Daniel "El Terrible" Leñini. Recién llegado de China, flasheó con las flamantes curvas de Zulma Dinelli, una secretaria todo terreno capaz arrancarle un suspiro hasta al eternamente avinagrado Luisito Novaresio. Que no estaba, pero que si hubiera estado se hubiera dado vuelta a mirarla. El martes la fiesta siguió, en el mismo lugar y a la misma hora, con el cumpleaños de ViaRosario. No hubo globos, velitas, pero sí sorpresitas. ¿Cómo se llama si no la cartera blanca de piel de mono que llevó a velada Norita Nicótera? Absurdo. Sí, podría ser, cómo la a súbita aparición de los chicos de Lo Lumvrise, que llegaron, arrasaron y partieron. Desde un rincón, Marcelito Fernández los reprobó con la mirada. Parece que, desde que contrató promotoras para que muestren gigantografías con su rostro en los semáforos, el hombre perdió el sentido común. El miércoles la recorrida siguió, en el mismo lugar y a la misma hora, con el vernisagge de la exposición "Mujeres de las chapas" de Mariana Buchín. Una cita de honor para los hombres de la cultura. Entonces, ¿por qué fue Robertino Caferra, vestido de gala y acompañado un grandulón de pelo rizado, barba rala y pinta de guardaespaldas de estrella de rock? Un misterio. Aunque, pensándolo bien, cómo no ir a admirar semejante muestra de arte. El jueves la movida se mudó al Portal, a la inauguración de Isla Aventura, la sala de juegos. Un jolgorio. Si no hubieran visto a Pico Carreras, el RRPP de la FM Fisherton, buscando desesperado con quién jugar a los autitos chocadores. El viernes todo terminó en el Macro. En la presentación de los jabones voladores de Nicola Constantino. Tremenda. Estaba la crema del mundillo cool. Cómo será que hasta a Charlie González, el émulo local de Winnie Pooh, se le había pasado la depresión por el fracaso de las predicciones de Solari Parravicini. Un gran final.
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