Los diseñadores de la región se mostraron en Rosario

Diseño industrial en el Bernardino Rivadavia: bueno, bonito y útil

Cada vez más fábricas de la región apelan a la creatividad para agregar valor a sus productos

Patricia Martino / La Capital

Las sociedades modernas están cada vez más lejos de preferir productos estándares y masivos, y aunque la oferta de bienes y servicios crece a pasos agigantados "no se vende lo que se produce sino que se produce lo que se vende". Para enfrentarse a esta encrucijada nada mejor que recurrir a una de las herramientas con que puede armarse el empresario para ganar en el ámbito cultural y técnico pero también en el económico: el diseño industrial.

Con el objetivo de impulsar y comunicar las posibilidades que el diseño industrial ofrece a la producción para mejorar su competitividad, aplicando creatividad y nuevos conceptos que hagan más eficientes el uso de los recursos humanos, tecnológicos, estéticos y económicos empleados en el desarrollo de nuevos productos, el Instituto Superior Comunicación Visual junto a la Municipalidad de Rosario organizaron la muestra "Diseño industrial en la región" donde también llevaron adelante una serie de conferencias sobre "La creatividad inteligente aplicada en la producción".

En la muestra, que hoy culmina, se exhibieron diseños de Argental, Kip Machines y Vecolum; además de proyectos de graduados y estudiantes en diseño industrial.

Además, la muestra fue el marco elegido para presentar en sociedad el Centro Regional de Diseño (CRD), una iniciativa de la Fundación Rosario Diseño en alianza con la Municipalidad de Rosario.


Redes de creatividad
La presidenta de la Fundación Rosario Diseño, Mónica Gárate, explicó que "la idea es a crear redes" teniendo como base la información que brindará el centro. También destacó que será una buena oportunidad para que los empresarios se acerquen a los diseñadores.

Para Gárate "falta mayor conciencia empresaria" sobre las virtudes del diseño industrial, sobre todo en las pymes porque las grandes compañías ya tienen su departamento de diseño y desarrollo y "jamás se le ocurriría desarrollar un producto sin diseño".

En ese sentido, mencionó que las empresas que cuentan con diseñador industrial "ven los cambios" y advirtió que el profesional debe formar parte del proyecto desde su inicio y trabajar en equipo. "La persona que quiere construir una empresa debe pensar en los componentes que la integran, y el diseñador es uno de ellos. Si una empresa quiere exportar tiene que armar una logística, ver su capacidad de producción y no puede comercializar un producto mal hecho o copiado", precisó.

A pesar de que todavía queda mucha tela por cortar, Gárate se mostró conforme porque "ahora muchas empresas llaman a la escuela para solicitar un diseñador industrial" y porque la matrícula de la carrera aumentó en los últimos años, la mayoría de los egresados está trabajando, y "eso marca la tendencia".

Durante la charla, también llegó la hora de las responsabilidades. "Para apoyar la producción nacional sería importante que el Estado lleve adelante una política en el área, pero no sólo en diseño industrial sino en investigación de materiales, en ingenieros que trabajen sobre esto. Si el Estado se ocupara sería otro cantar", remató la presidenta de la fundación.

Por su parte, Julio Brunati, diseñador industrial y jefe de la carrera que se dicta en el Instituto Superior de Comunicación Visual, se remontó a los orígenes de la disciplina en Rosario. "Ni la UNR ni la UNL cuentan con una carrera de diseño industrial y estamos en medio de una de las regiones más productivas del país, con una fuerte presencia de empresas. El instituto desde el 94 vino a llenar ese vacío", mencionó.

Hace 25 años atrás en la Facultad de Ingeniería de la UNR se intentó formar la carrera pero el proyecto quedó trunco. A partir de esta experiencia, de la cual Gárate formó parte, se abrió diseño industrial en el Instituto Superior Comunicación Visual.


Chapa con estilo
Uno de los primeros diseñadores industriales en trabajar en la ciudad fue Miguel Bustillo, al menos en la industria carrocera de la región. Graduado en la Universidad de La Plata, llegó a Rosario en el 79 para incorporarse en una de las carroceras locales "en un momento en que no se tenía bien en claro cuáles eran las incumbencias" de este profesional.

"Al principio tenía que demostrar lo que uno podía hacer, esto lleva tiempo. Pero cuando un producto sale con el trabajo del diseñador los resultados son evidentes. Entonces, automáticamente las demás empresas carroceras por competencia comenzaron a incorporar profesionales del diseño", contó Bustillo y agregó que "a los seis años que entré en una carrocera apareció otro puesto en otra empresa, Julio (Brunati) surgió porque estaban buscando un diseñador en la competencia".

"Hoy ya no hay manera que un carrocero no haya tenido un contacto con un diseñador. Dentro del staff de técnica tiene que haber un diseñador", explicó el profesional que ya paso por Cametal, DIC, Metalsur y El Detalle.

En este surgir de los diseñadores industriales colaboró fuertemente que en el 94/95 se abriera la importación desde Brasil, esto llevo a aumentar el potencial de competitividad porque los productos brasileños venían con el componente de diseño.

Luego de estos primeros pasos, el escenario se modificó continuamente. Bustillo contó que en la empresa que desempeña su labor actualmente se incorporó otro profesional porque el espectro de trabajo se amplia día tras día. "Tuvimos que incorporar un diseñador porque la industria carrocera al tener diseño tiene que certificar con norma ISO 9001 y por industria ahora tenemos la licencia de configuración de modelo, porque un ómnibus sale patentando. Se elevaron los requisitos y se tomó un diseñador para una rama nueva, para trabajar normas ISO", detalló.

En ese sentido, Brunati apuntó a la calidad del proceso de diseño, a trabajar con calidad mientras se desarrolla el producto para no pagar las consecuencias luego, "algo que no todos los industriales logran comprender".


No sólo imagen
Asimismo, indicó que "el empresario se fija en la imagen y esa es una de las tareas del diseñador, pero el profesional también puede ahorrar 1,5 tonelada en un ómnibus que pesa 14 toneladas".

"Además de hacer lindo un producto se pueden bajar los costos. Si pudiéramos trabajar interdisciplinariamente el industrial podría ver claramente las ventajas. Los hechos hablan: quien trabajó con un diseñador industrial no se desprende de él, a lo sumo llama a otro", advirtió.

"El objetivo de una empresa es ganar dinero así que ninguna empresa va a mantener un empleado durante 15 ó 25 años dentro de su estructura si ve que no tiene peso económico. Los empresarios rápidamente se dan cuenta cuando algo no les conviene. No existe ningún país desarrollado que carezca de industria y no existe ninguna industria que se desarrolle sin diseño industria", subrayó Brunati.

Sin embargo, para andar este camino existen algunas salvedades. Sin pelos en la lengua Bustillo explicó de cuáles se trata. "Hay muchos empresarios que quieren copiar un producto que vieron en Europa pero cuando llegan a la Argentina se encuentran con dos problemáticas: volumen de ventas y tecnología. Muchas veces esos productos tienen mayor tecnología con la que ellos pueden generarlo y ahí empiezan los problemas. Hay que interpretar la realidad de uno", especificó.

Al finalizar el encuentro, el profesional lanzó un llamado para los empresarios: "Le pedimos que incluyan un diseñador en su estructura, la empresa existe por los componentes que la conforma y porque tiene un producto. Son dos cosas muy importantes. Cuando se den cuenta de eso verán que deberían tener una política de desarrollo de ese producto".

La primera Exposición de Diseño Industrial se desarrolló con éxito en Rosario.