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sábado,
07 de
mayo de
2005 |
Un regalo agridulce en su 52º cumpleaños
Londres. - Su 52º cumpleaños le deparó ayer a Tony Blair un regalo agridulce. Es cierto que con su tercera victoria consecutiva ha logrado un lugar en los libros de historia británica, pero no menos cierto es que su futuro como primer ministro no está nada claro. Las drásticas pérdidas sufridas por su partido, el Laborista, son según muchos observadores y críticos dentro de la propia formación responsabilidad personal de Blair. "Personas de confianza del primer ministro creen que aguantará poco tiempo", expresó no sólo The Guardian, situado en el espectro liberal de izquierdas.
El rotativo habló de una "victoria sin alegría". También el Times vio al jefe de gobierno claramente golpeado y aseguró: "Blair renquea de vuelta hacia Downing Street". El conservador Daily Mail señaló: "Tony Blair ha pagado un alto precio por sus mentiras sobre Irak".
El controvertido tema lo había acompañado en la campaña electoral como una pesadilla. Según la estimación de expertos, muchos en el Partido Laborista creen que sólo con un cambio en la cúpula de la formación se conseguiría poner punto y final a esa historia.
Divorcio ciudadano
"Muchos dejaron claro con su voto que vieron la negativa de Blair a escuchar a la nación británica en la cuestión de Irak como razón suficiente de divorcio", comentó The Guardian. A la cara, Reg Keys, padre de un soldado muerto en Irak, dijo a Blair cuando éste anunciaba los resultados electorales en su circunscripción electoral de Sedgefield: "Espero de corazón que el premier se disculpe algún día". Blair ganó claramente en su circunscripción, pero Keys, como candidato independiente, logró allí el 10% de los sufragios.
George Galloway, expulsado hace dos años del Partido Laborista por su abierta crítica a la guerra de Irak, logró incluso quitarle a los laboristas una circunscripción que se consideraba segura en el este de Londres, una zona pobre. Claramente dijo a Blair: "Esto es por Irak. Todas las personas que usted ha matado lo perseguirán y lo mejor que puede hacer el Partido Laborista es echarlo mañana por la mañana".
Pero tan rápido no irán las cosas aun cuando Gordon Brown, el ministro de Finanzas, haya tomado ya posiciones dentro del partido. A Brown, competidor interno de Blair desde hace muchos años, se le adjudican los grandes logros económicos en el país. Los periódicos coincidieron ayer en que el líder laborista no aguantará un tercer mandato completo y que pasará el puesto a Brown. "La gran pregunta es: ¿cuánto tiempo seguirá en el número 10 (de Downing Street)?", cuestionó el Daily Mirror, un periódico sensacionalista orientado a la izquierda. The Guardian, por su parte, consideró posible incluso que Blair despeje este año el camino para Brown.
"El tiempo está limitado para todo líder político", dijo Blair en una ocasión. Y muchas veces, a los vencedores les llega su hora antes de lo previsto. (DPA)
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