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 sábado, 07 de mayo de 2005  
La caída de Berlín. Más de 2.500 veteranos desfilarán el lunes en Moscú
Los rusos recuerdan a sus héroes
Mientras en Europa se festeja el fin de la Segunda Guerra Mundial, Rusia destaca su propia victoria

STEFAN VOSS

Rusia se propone compartir con el resto del mundo su alegría por el fin de la Segunda Guerra Mundial y el triunfo sobre el régimen nazi alemán, hace 60 años.

Jefes de Estado y de gobierno de más de 50 países estarán en las tribunas junto al mausoleo de Lenin en la Plaza Roja de Moscú durante el desfile del próximo lunes. El Kremlin ha invitado también, en señal de reconciliación, a sus antiguos enemigos, Alemania y Japón.

Más de 2.500 veteranos de guerra rusos participarán en el desfile. Para muchos de ellos será el último gran homenaje a los triunfadores de 1945. Siendo hombres y mujeres jóvenes, vivieron en 1941 el asalto alemán contra la Unión Soviética, defendieron su país contra el invasor y terminaron marchando sobre Berlín en 1945.

La mayoría de los veteranos ya ha alcanzado los 80 años de edad. En Rusia, donde la esperanza de vida de los hombres es de no más de 58 años, se trata de una longevidad casi bíblica. Pero nadie los obligará ya a desfilar a pie. Camiones fabricados imitando a los antiguos SIL de la Segunda Guerra los transportarán sobre la Plaza Roja.

Miles de afiches callejeros rememoran en los días previos al 9 de mayo las hazañas heroicas de entonces en las calles de la ciudad de 11 millones de habitantes. "Gloria al pueblo victorioso" proclama uno de ellos en la lujosa avenida Nowij Arbat. Las fachadas de muchas casas están tapadas con carteles conmemorativos de más de 50 metros de largo, con el lema "Pobeda (Victoria) 60". Soldados, tanques, aviones y cañones están pintados por doquier.

Mientras en Europa se festeja sobre todo el fin de la Segunda Guerra Mundial, Rusia sigue poniendo el acento en su propia victoria. "Nosotros ganamos", dicen a principios de mayo los pequeños moscovitas que asisten a jardines de infancia estatales. Y sus padres reciben un bombardero modelado en papel con una estrella roja pegada.

La moscovita Valentina Ivanova no encuentra nada malo en la simbología militar que rodea las fiestas del 9 de mayo. "Este sigue siendo uno de los días más importantes del año", afirma esta jubilada de 63 años mientras su mirada se pierde en la Plaza Roja. Con fervor pide a los policías junto a la Catedral de San Basilio que la dejen acercarse más a la plaza. "Mi nieto marcha en las pruebas. Tengo muchas ganas de verlo", dice Ivanova, pero los agentes no acceden a sus súplicas.

En la plaza se escuchan las órdenes que salen de un megáfono. "Vuelvan todos a sus lugares", dice un hombre. En los altavoces suenan canciones de guerra, mientras grupos de limpieza arrojan jabón líquido sobre el empedrado. Frente al centro comercial Gum vibran pantallas de video gigantes.

Junto a los veteranos en el desfile del lunes marcharán en la Plaza Roja 7.000 soldados activos de todas las divisiones. Hace rato que en los desfiles victoriosos frente al Kremlin no participan tanques, misiles ni ningún tipo de artillería pesada. Sin embargo, los organizadores prepararon para esta ocasión una parte histórica del desfile.

En la colindante calle de Nikolskaia, los turistas retroceden temerosos ante los inmensos cañones y lanzamisiles -llamados "órganos de Stalin"- que descansan sobre camiones aparcados allí.

"No tengan miedo, no son auténticos", los tranquiliza un guardia con uniforme de la unidad especial Omon, dedicada a capturar criminales peligrosos. "Ahora estoy desmovilizado para vigilar estos aparatos del desfile", se queja. En lugar de "órganos de Stalin" tallados en madera terciada, le gustaría más ver armas auténticas, afirma.

Millones de moscovitas prefieren pasar el "Día de la Victoria" en sus dachas, en las afueras de la ciudad. "Me reuniré con mis amigos para asar un delicioso cordero", se entusiasma Alexei, de 24 años, vendedor en una tienda. Las autoridades de Moscú han ordenado el cierre de todos los negocios del centro de la ciudad los días 8 y 9 de mayo.

El 9 de mayo será un día de celebración para los más viejos. Hay conciertos anunciados en todos los parques de Moscú. Los veteranos recibirán alimentos gratis. Según la tradición soviética, los niños entregarán flores a los hombres y mujeres que vistan sus condecoraciones.

En Moscú viven todavía 350.000 personas que participaron en la contienda, pero su número desciende cada vez con mayor velocidad. Las asociaciones de veteranos temen que, dentro de diez años, el 9 de mayo será para la gran mayoría de los rusos sólo otro día festivo en el calendario. (DPA)
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