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sábado,
07 de
mayo de
2005 |
Privatizadas. El gobierno y la empresa mantuvieron la primera reunión "formal" en medio de un confuso episodio
Aguas se va en mayo pero aceptó
prestar el servicio hasta fin de año
Hammerly y Joaquín manejan distintos proyectos para la futura compañía. Guiño del gobernador al intendente
La cúpula de Aguas Provinciales de Santa Fe aceptó gerenciar el servicio de agua potable hasta fin de año, tal como lo había reclamado el gobierno santafesino, aunque sin asumir la conducción de la compañía, ente o cualquier figura que se cree durante la transición. De hecho, ratificó que liquidará sus acciones antes del 31 de mayo, momento en que el servicio pasará a manos provinciales. Si bien la propuesta la está analizando jurídicamente la Fiscalía de Estado, representa un avance en el proceso de transición ordenada que plantearon ambas partes tras el anuncio de la empresa de su retiro de la concesión.
Los términos de esta propuesta surgieron de una reunión que ayer mantuvieron los ministros de Asuntos Hídricos, Alberto Joaquín y de Obras Públicas, Alberto Hammerly, con el gerente de Aguas, Alberto Gregorini, representantes del Banco de Galicia (accionistas minoritarios de Aguas) y el director general de Aguas Argentinas, Jean Bernard Lemire.
El encuentro, que tuvo lugar en Casa de Gobierno, se sucedió luego de un convulsionado episodio -propio de una película hollywoodense- en el que funcionarios y directivos de la compañía escapaban de la prensa y huían a toda velocidad con sus autos para evitar hacer declaraciones.
Es que el primer contacto, y luego trascendió que no fue el único en estos días, lo mantuvieron Joaquín y los directivos de Aguas en un hotel céntrico de la capital provincial. Hammerly desconocía por completo ese encuentro, al punto tal que tenía en su agenda de ayer participar junto al gobernador de la apertura de los sobres por la licitación del plan federal de viviendas para Rosario.
Sin embargo, suspendió sorpresivamente su viaje cuando se enteró que camino a la Casa Gris llegaba una delegación de Aguas para mantener la primera de las reuniones "formales" con el fin de comenzar a analizar el proceso de transición. Poco antes de esa reunión, Gregorini aseguró que la empresa garantizará el servicio de agua y cloacas en las 15 localidades, hasta que se cumpla el retiro definitivo de la concesión. Además, reiteró que junto a la provincia buscarán una "transición ordenada". Destacó la profesionalidad de la gente de la empresa y dio por descontado que quien quede al frente del gerenciamiento tendrá en cuenta ese dato.
La propuesta lanzada por la empresa en el encuentro fue derivada a la Fiscalía de Estado, que determinará los aspectos jurídicos, y al gobernador, quien definirá si puede ser una salida viable para la transición. "Ellos quieren no generar problemas y mantienen la idea de no tener una salida traumática. El gobierno escuchó la oferta y la envió a la Fiscalía", confirmó una alta fuente del gobierno. Ante esto, las partes decidieron volver a reunirse la semana próxima.
Aún así, la capital provincial se convirtió en un hervidero de trascendidos en torno a lo que sucederá luego del período de transición. Las dos opciones más claras provienen de los ministros más involucrados en el tema: Hammerly y Joaquín, por otra parte los dos candidatos más firmes a pilotear la nueva compañía.
Una vez superada la transición, el gobierno estudia la alternativa de realizar un fideicomiso, similar al que se formó con el Banco Bisel tras la retirada del grupo francés Credit Agricole, para administrar la compañía. En este esquema, piloteado por Joaquín, intervendría el Banco Nación -tal como ocurrió con el Bisel- como administrador de este fideicomiso hasta tanto la empresas salga nuevamente a la venta, que en este caso representaría una nueva concesión. La mención al caso del banco cooperativo no es casual ya que en esa experiencia la creación del fideicomiso fue sucedida por la constitución de un ente residual que se quedó con los activos y pasivos menos queridos. Cabe recordar que la deuda de Aguas, con el BID y con su controlante Suez, suma 40 millones de dólares.
"Los créditos que la empresa tenga los tendrá que resolver con sus acreedores", dijo ayer Obeid en Rosario, mientras se realizaba la reunión de sus funcionarios con Aguas en la capital provincial.
En la fórmula del fideicomiso estaría también interesado el Banco Galicia. El interés de la entidad de quedarse como socio de la futura empresa radica en que al tratarse de un accionista local, como también lo son los trabajadores a través del PPP, no pueden litigar ante tribunales internacionales, como sí hicieron los otros accionistas (Suez o Aguas de Barcelona) ante el Ciadi.
Otro dato a tener en cuenta de la "experiencia Bisel" es que, más allá del retiro de los franceses, la línea gerencial del banco convivió durante un buen tiempo en la nueva entidad con los nuevos jefes del Nación.
En cambio, la idea que más conforma a Hammerly es conformar una empresa mixta. En este caso, la provincia se quedaría con las acciones de Aguas a través de un traspaso pero la compañía se quedaría los 20 años que restan para la concesión realizando la prestación del servicio. También se invitaría a fondos privados -bancos, empresas e incluso accionistas menores de la compañía- a integrar el emprendimiento.
Obeid volvió a manifestar ayer su predilección por el sistema mixto (que en rigor encaja en cualquiera de las dos propuestas) durante sus declaraciones en Rosario. El gobernador podría mantener hoy una reunión con el ministro Julio De Vido, con quien mantiene "un contacto permanente por este tema".
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Fotos
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Los ministros Joaquín y Hammerly en su última visita a Casa de Gobierno.
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