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sábado,
30 de
abril de
2005 |
Para leer: imperdible
Un artista emigrado
Un diario personal y un amigo que complementa su lectura con recuerdos son las dos puertas de ingreso a "Un pintor de hoy", la primera novela que escribió John Berger y acaba de reeditar Alfaguara.
El diario es el registro que durante tres años lleva Janos Lavin, un pintor húngaro que se refugia en Londres durante la Segunda Guerra Mundial. Con la distancia y la intimidad de quien toma apuntes sobre su propia vida Lavin vuelca en esos textos sólo una parte de sus reflexiones. Los apuntes de Lavin revelan la intimidad de la elaboración de sus cuadros y el diálogo permanente con su amigo Laszlo, que permaneció en Hungría y que lo anima en la imaginación a renovar discusiones sobre la militancia, el socialismo y el lugar del artista en el mundo capitalista, sus tareas pendientes. Todas sus reflexiones sobre la vida, se vuelven sobre la vida del artista.
La lectura de su amigo revela que hay temas que el pintor abordó en soledad y suma el recuerdo de los hechos de la vida cotidiana junto a sus propias reflexiones.
La novela, publicada por primera vez treinta años atrás, en plena Guerra Fría, fue denostada por la crítica especializada que, cuando le dedicó algún espacio, trató al autor de perverso. Esa primera edición no duró dos semanas en las librerías. Las posteriores, alejadas en el tiempo, lograron catapultar la historia como un comienzo revelador de Berger que luego abordó muchos de esos temas desde el ensayo y la crítica.
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