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sábado,
30 de
abril de
2005 |
Russo: Regreso, afecto e intereses
Miguel Angel Russo estará esta tarde en el Gigante y muchos le demostrarán su afecto por el cariño forjado durante sus ciclos anteriores.
Otros lo recibirán con gratitud por haber sido el técnico que sacó a Central de las garras del descenso. Pero es probable que algunos se sientan incómodos. Tan incómodos que ya han cometido el error de plantear este partido como si se tratara de una cuestión personal. Como si ganar los tres puntos en disputa justificara la decisión del año pasado de haber forzado la salida del ahora técnico de Vélez. Determinación que no sólo fue programada sino que también tuvo como desagradable condimento una serie de hechos desafortunados, como determinadas declaraciones y la burda reunión en una estación de servicio rutera entre un directivo, amigos del presidente canalla y Gustavo Alfaro.
La pésima política sustentada en el personalismo, forjada en Central desde hace muchos años pero que tiene una firme continuidad también en la actualidad, originó la errónea convicción de que los hombres son más importantes que los clubes. Y en función de esto los directivos maltrataron de tal manera a Russo y a un grupo de jugadores (que hicieron su aporte para mantener la categoría) para acelerar los tiempos de su partida.
No concurrir a los vestuarios luego de cada partido, incumplir con los compromisos económicos en forma sistemática y declaraciones públicas de muy mal gusto, como aquella de que "los mediocres son reemplazables", generaron un clima irrespirable el año pasado en Central, que se descomprimió cuando Russo, tras dejarle en claro a los hinchas que él hubiera querido continuar, presentó su renuncia y soportó en silencio la hipocresía de los dirigentes.
En ese momento Russo aseveró: "Me voy antes para descomprimir la situación, porque este clima sólo perjudica a Central".
Después de la dimisión del DT, los directivos fueron por los jugadores en cuestión y así fueron destratados Mariano Herrón, Mariano Messera, Gustavo Barros Schelotto, Juan Pablo Cárdenas, Julio Gaona e incluso Pablo Vitamina Sánchez, uno de los referentes.
Claro que después la gente, el hincha de Central, se encargó en forma progresiva de poner las cosas en su lugar. Cuando Quilmes visitó el Gigante, el estadio entero le tributó el reconocimiento a Pablo Sánchez, dejando en claro que los sentimientos populares no se modifican desde una comisión directiva, por más mensajes inexactos que se divulguen. Después llegó Olimpo de Bahía Blanca, con el Chicho Gaona como arquero, el mismo que marró el penal en la definición ante Sao Paulo, pero la hinchada también lo recibió con calidez porque recordó su aporte en la lucha por mantener la categoría.
Aquellos que forzaron la salida de Russo y un grupo de jugadores de Central, luego trajeron al uruguayo Víctor Púa e incorporaron varios refuerzos, todos de fugaz paso por el club, esta tarde no estarán demasiados cómodos. Mucho menos si una vez más la gente de Central le da la bienvenida a Russo. Es que para estos pocos lo único que importa es el interés político, mientras que para la popular lo único que vale es el sentimiento por Central y el reconocimiento a todos aquellos que hicieron su aporte a la historia del club.
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Russo volverá al Gigante, donde jugará un partido muy especial.
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