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 sábado, 30 de abril de 2005  
El conflicto marcó a toda una generación

Berlín. - En 1968, cuando la guerra de Vietnam había alcanzado su clímax, decenas de miles de manifestantes, en su mayoría jóvenes y estudiantes, se lanzaron a las calles de capitales como Washington, Berlín, Amsterdam, París y Roma para expresar, al grito rítmico de "Ho Ho Ho Chi Minh" y con el puño en alto, su repudio a EEUU. Había nacido un nuevo movimiento de protesta internacional, dirigido contra el "imperialismo norteamericano" en el Tercer Mundo.

"Esas manifestaciones fueron el producto de un cambio radical en la creencia generalizada de que EEUU sólo hacía cosas buenas y sólo estaba del lado de los buenos", explica el político "verde" alemán Hans-Christian Stroebele, quien tiene hoy 65 años.

Nacida en las universidades, la rebelión juvenil del 68 había encontrado en la guerra de Vietnam el blanco central de sus ataques políticos. Mirando hacia atrás, resulta casi impensable que ese movimiento rebelde juvenil hubiese alcanzado tal magnitud sin la guerra de Vietnam, con sus bombas de napalm y de fragmentación y el uso masivo de armas químicas para destruir zonas enteras.

"Hoy es difícil imaginarse cuánta rabia y agresión se había acumulado entre tantos jóvenes, que terminó descargándose con el lanzamiento de piedras y bombas incendiarias", señala Stroebele. "Para nosotros, la guerra de Vietnam, que muchos consideraban injustificada y en la que no pocos veían un genocidio, fue un acontecimiento decisivo, un factor de movilización que demostró la posibilidad y la necesidad de protestar", afirma el veterano político ecologista alemán, quien tenía 28 años cuando participó en las manifestaciones antinorteamericanas en Berlín.


Escupiendo en la cara
El momento culminante de las acciones de los opositores a la guerra fue el Congreso Internacional sobre Vietnam, celebrado en la Universidad Técnica de Berlín en febrero de 1968, dos meses antes del atentado contra el dirigente estudiantil Rudi Dutschke.

Cuando decenas de miles de manifestantes desfilaron por Berlín Oeste enarbolando banderas del Vietcong, el entonces alcalde de la ciudad, el socialdemócrata Klaus Schuetz, advirtió que no iba a permitir que se escupiera en la cara de EEUU "justamente aquí", en la frontera misma con la Alemania comunista prosoviética.

"La libertad de Berlín está siendo defendida en Vietnam", resumió Stroebele sobre el credo político generalizado de la época, compartido por la gran mayoría de la población y por casi todos los partidos, desde los conservadores hasta los socialdemócratas. "Hasta una persona como Willy Brandt, con un prestigio internacional tan alto, no fue capaz de expresar públicamente sus críticas a EEUU", lamentó.

También Washington y otras ciudades estadounidenses fueron escenario de violentas protestas contra el conflicto. Desde estudiantes a veteranos de guerra pidieron un cambio político y la retirada de las tropas del sureste asiático. Lamentablemente ese reclamo encontró poco eco en la clase dirigente, que en respuesta ordenó reprimir a los manifestantes e incluso encarcelarlos.
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