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sábado,
30 de
abril de
2005 |
Defensa oficial de la campaña de salud reproductiva
Buenos Aires.- La viceministra de Salud, Graciela Rosso, salió hoy a responder las fuertes críticas que la Iglesia realizó ayer por el lanzamiento de la campaña de salud reproductiva y defendió el programa, que según dijo "es democrático" y da la posibilidad de que "todos los ciudadanos puedan elegir".
Por su parte, el vocero de la Iglesia en el tema de salud reproductiva, Alberto Bochatey, volvió a pronunciarse en contra de la campaña y dijo que el Gobierno "por ahí no sabe bien" lo que piensa la Iglesia, porque "nunca quieren hablar con nosotros".
El Gobierno anunció ayer el lanzamiento de la segunda etapa de la campaña de salud reproductiva, en cuyo marco se promoverán distintos métodos de anticoncepción y se informará sobre las formas de prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
Inmediatamente, los especialistas de la Iglesia salieron a refutar los argumentos del Gobierno y los acusaron de "autoritarios" y "facilistas" por difundir el uso de métodos no naturales de anticoncepción.
Ante las críticas, Rosso señaló que la campaña se realiza para que "todos los sectores, sobre todo los más vulnerables, sean los que tiene mayor información" y en declaraciones a radio Del Plata, sostuvo que "si no se tiene la información, no se sabe a lo que se puede acceder".
La funcionaria consideró también que la difusión de información "es obligación nuestra y es un compromiso de salud pública" e indicó que "la población debe ejercer su derecho a elegir".
Además, Rosso advirtió que hay "un problema serio de salud pública y que hay una precocidad en el inicio de las relaciones sexuales", y por ese motivo se lanzó la campaña aunque reconoció que "seria bueno que la Iglesia también difundiera su metodología".
Para Bochatey, que también es director del instituto de Bioética de la Universidad Católica (UCA), el Gobierno está "atado de pies y manos" porque "mas que seguir su posición" está cumpliendo con "las obligaciones que le están poniendo los organismos internacionales, y no se atreve a hacer algo en serio".
En ese sentido, Bochatey consideró que el Estado debe hacer un programa que "respete el estilo y la cultura de los países latinoamericanos", diferentes a los de la mayoría de los países europeos o Estados Unidos.
Aunque admitió que los métodos naturales que defiende la Iglesia tienen riesgo "si no se usan con cuidado", Bochatey defendió su uso, ya que constituyen la única manera de prevenir el SIDA y embarazos no deseados, según dijo. (DyN)
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