Los estrenos bajo la lupa de Escenario

"Entre copas": El vino de las revelaciones
Calificación: 4 estrellas. Intérpretes: Paul Giamatti, Thomas Haden Church y Virgina Madsen. Dirección: Alexander Payne. Género: comedia dramática. Duración: 120 minutos. Salas: El Cairo y Village.

Miles y Jack salen de viaje para pasar una semana bebiendo los mejores vinos, jugando al golf y olvidando el mundo. Lo que el periplo esconde es que ambos están decepcionados. Miles, porque escribió una novela que quiere publicar y porque no puede olvidar a su esposa. Jack, porque está a punto de casarse, extraña su época de actor y sabe que lo espera una vida aburrida, en la que no tendrá que preocuparse por el dinero pero nada más. El recorrido por los viñedos de California se transforma en una exposición de las miserias de los dos amigos y también en una pequeña puerta para que alguno de los dos pueda aspirar a otra cosa. Las actuaciones de Paul Giamatti ("A dúo" y "Esplendor americano") y Thomas Haden Church son perfectas. El humor es lento y corrosivo. Y la delicadeza de Virginia Madsen en el papel de una mesera conocedora de vinos es otro punto a favor de este filme, cuyo mejor elogio es decir que alienta a convertirse en entendido en vinos y no a dejar pasar el amor cuando pasa cerca.


"Masacre en la cárcel 13": Un policial sin desmadres
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Ethan Hawke, Laurence Fishburne y Gabriel Byrne. Director: Jean François Richet. Género: Acción. Duración: 109 minutos. Salas: Monumemtal y Village.

La astucia del bien contra el poder y las sofisticadas armas del mal, un policía castigado que debe redimirse y un criminal con sentido del honor unidos contra un grupo de policías corruptos. Tales las lineas generales de este buen y típico policial, remake de un viejo filme de Carpenter que bien dirigió Jean François Richet. Laurence Fishburne, Ethan Hawke y Gabriel Byrne, como el criminal, el agente que busca redimirse y el policía corrupto respectivamente, encarnan adecuadamente sus protagónicos en un guión que no les exige demasiado que digamos y en el que las resoluciones de las dos o tres intrigas que condimentan la historia principal no son lo que se dice sorprendentes como no lo es el trabajo de la cámara. Un elenco de conocidas caras, algunos protagonistas de conocidas series de la tele y otros eternos condenados a roles secundarios complementan adecuadamente esta historia de acción sin desmadres.


"Tómalo con calma": Poca crítica, mera parodia
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: John Travolta, Uma Thurman y Vince Vaughn. Director: Gary Gray. Género: comedia. Duración: 115 minutos. Salas: Del Siglo y Village.

“Tómalo con calma” es la secuela de “El nombre del juego”, la comedia en la que John Travolta interpretaba a Chili Palmer, una especie de simpático mafioso que involucrándose en la industria del cine de paso mostraba lo malo y lo feo del planeta Hollywood. Ahora Chili está agotado de los problemas del negocio cinematográfico y decide incursionar en un mercado más sencillo y, aparentemente, menos problemático: la música pop. También, “Tómalo con calma” es un buen filme al comienzo y que, por no saber bien cómo seguir, se transforma como muchas comedias norteamericanas en una excusa para contar chistes. Tampoco es una cinta que tenga algo que ver con Tarantino ni con “Tiempos violentos”, a pesar de la escena de baile de Travolta-Thurman que nada tiene que ver con la historia que cuenta. Poco importa, porque lo mismo es la escena que los productores eligieron para los avisos. A la idea de criticar al mundo del espectáculo esta vez le costó atravesar la barrera de la mera parodia.


"XXX2": El ritmo del cine de acción
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Ice Cube, Samuel L. Jackson y Williem Dafoe. Duración: 99 minutos. Género: acción. Dirección: Lee Tamahori. Salas: Monumental y Village.

La primera parte de la saga de “XXX”, que contó con el atlético Vin Diesel en el papel protagónico, se vendió como la película que iba a renovar el estereotipo del agente secreto glamoroso e invencible que popularizó James Bond. Pero la película era más de lo mismo, un cóctel más o menos entretenido de acción, romance y efectos visuales. La única diferencia con las películas del 007 de Ian Fleming estaba dada por la banda de sonido, que renegaba de los melosos arreglos de cuerdas para dar paso a las estridencias del rock pesado y el ritmo incesante del hip pop. Siguiendo esa línea se convocó para la inevitable secuela del filme a Ice Cube, un cantante de rap que disfruta tanto de la ironía como de los brillos de Hollywood. Encarna a un comando recluido en prisión por golpear a un oficial que es reclutado por el gobierno para cumplir una misión de alto riesgo. El resultado: mucha adrenalina y pocas ideas. Algo que, después de “El amor y la furia”, jamás se hubiera esperado de Lee Tamahori.


"Antes que termine el día": El drama de una segunda oportunidad
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Jennifer Love Hewitt y Paul Nicholls. Dirección: Gil Junger. Género: drama. Duración: 92 minutos. Salas: Del Siglo, Monumental y Village.

“Antes que termine el día” se parece a muchas otras películas. Al principio se tiene esa sensación: “Abre los ojos”, “Sexto sentido”, por un lado, y “Otoño en Nueva York” y “Dulce noviembre”, por el otro. Es decir, algo conectado con lo sobrenatural, y algo en relación con la comedia romántica que saca su romanticismo del drama de no estar más con la persona amada. Por momentos el planteo del filme atrapa. Después se degrada y se sostiene en la atención con dificultad. Ian es un “empresario” inglés de los estudios genéticos. Tiene una relación con Samantha, una chica estadounidense que está en Londres para graduarse como violinista en una escuela prestigiosa. El la quiere pero nunca se lo deja saber. Cuando tiene una nueva oportunidad de hacérselo saber, se esforzará y podrá abrir el mundo oculto de sus sentimientos. La película ofrece un buen planteo que es arruinado por el gusto hollywoodense en drama.


"El hombre de la bolsa": Un fantasma que se asoma por el ropero
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Barry Watson, Emily Deschanel y Skye Mc Cole Bartusiak. Dirección: Stephen T. Kay. Género: Terror. Duración: 90 minutos. Salas: Monumental, Village.

Tim (Barry Watson) vive atormentado. Cuando tenía 8 años vio que su padre desaparecía ante sus ojos de una forma terrorífica. Una figura tenebrosa lo atrapó en el ropero de su pieza y se esfumó. Ese hecho marcó una bisagra en su vida y ahora, 15 años después de aquel trágico momento, decide enfrentar su pasado, cueste lo que cueste. La película de Kay no escapa a los lugares comunes del género, con una cámara que se mueve en forma vertiginosa, con escenas con ventanas que se abren y cierran por un ventarrón omnipresente, la música acorde a las circunstancias y las típicas alucinaciones de los personajes que aparecen como víctimas para convertirse en héroes. Lo que logra el director, y vale mencionarlo, es generar suspenso en la trama, sin demasiados recursos en el guión, y miedo en el espectador. En definitiva, lo que va a buscar todos los que todavía creen en el hombre de la bolsa.