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 sábado, 30 de abril de 2005  
Industria santafesina, acero y caramelos
El relevamiento productivo releva una alta concentración de empresas en las ramas alimentaria y metalmecánica

Marcos Cicchirillo / La Capital

Apenas un puñado de empresas "históricas" sobrevivió a los vaivenes económicos financieros de los últimos años pero su peso se hace sentir fundamentalmente en el alto porcentaje de ocupación de mano de obra. Otro dato parece confirmar la superación del viejo clásico "acero o caramelos". La mayor concentración de empresas en la provincia se da justamente en el área de los fierros y en la de la producción de alimentos.

Así se desprende del relevamiento "Estructura y variables significativas del sector industrial" en Santa Fe, realizado en conjunto entre la Federación Industrial de la provincia (Fisfe) y la Secretaría de Industria provincial.

El trabajo arroja que ocho de cada diez empresas industriales dentro de los límites provinciales son familiares y concentran alrededor del 50% de los 75 mil trabajadores ocupados en el sector manufacturero, sobre un total de 4.868 firmas relevadas.

Por tamaño, el 55% de las industrias son microempresas, el 44% pymes y apenas el 1% grandes compañías. Medidas por personal ocupado, microempresas y pymes de hasta 24 trabajadores aglutinan el 79% del personal, mientras que las compañías con más de cien trabajadores apenas llegan al 3,7% del total de los puestos en la industria.

Otro dato que surge del estudio es la fuerte concentración de la actividad industrial santafesina en las ramas alimentaria y metalmecánica en el entramado de las industrias santafesinas, seguido de la fabricación de "muebles y partes". Pero si el análisis se limita a las empresas que tienen más de cien empleados aparece el sector frigorífico, lácteo y autopartes.

Al tiempo que la necesidad de inversión en la Argentina está en la agenda de temas necesarios a resolver para mantener un crecimiento sostenido de la economía, la síntesis del trabajo de campo destaca justamente el elevado porcentaje de antigüedad que existe en el parque de máquinas para los procesos fabriles. A esta realidad se suma la dificultad que tienen, en particular las pymes, para poder endeudarse.


Autofinanciamiento
En este sentido, el 58% de las empresas manifestó no tener ningún tipo de deudas al momento de realizarse el relevamiento, un porcentaje que disminuye a medida que aumenta el tamaño de la firma. Las no endeudadas son el 62% de las microempresas, el 54% de las pymes y sólo el 17% de las denominadas grandes.

Sobre el nivel de endeudamiento, es inferior al 30% de su patrimonio neto en el 27% de los casos. El trabajo resalta que "las pymes y microempresas demuestran obtener financiamiento por otros mecanismos, autofinanciándose invirtiendo parte de su rentabilidad, mediante el cada vez más restricto crédito de proveedores".

Sin embargo, la capacidad de endeudamiento se torna más imperiosa cuando se analiza la baja capacidad ociosa que tienen muchas industrias y la antigüedad de su parque de máquinas. Según el trabajo, la tercera parte de las industria posee equipos con una antigüedad promedio que oscila entre los cinco y diez años, mientras que casi el 25% de las firmas tienen maquinarias que superan los veinte años de vida. Porcentaje que se eleva en las microempresas hasta el 30%.

Apenas el 9% de las empresas declararon contar con equipamiento que no supera los cinco años de vejez, siendo el 40% de ellas productoras de alimentos o productos de metal excluyendo maquinaria y equipo.

La mayoría respondió que llevaron adelante procesos de innovación e inversión sin ayuda externa. Los que sí la recibieron dicen que fue a partir de la colaboración de proveedores, clientes y asesoramiento de consultores privados.


Cuándo nacieron las empresas
Respecto a la antigüedad de las empresas, se presenta una fuerte participación de las empresas creadas en los noventa (el 39%) y a partir del nacimiento del nuevo siglo (13%), pero el trabajo no contempla el número de industrias que cerraron a lo largo de ese período, aunque lo destaca en sus conclusiones. Otro importante período de las empresas que permanecen abiertas fueron creadas entre el 70 y 89, el 35%.

En tanto, las firmas creadas en los 50 participan en el total de la torta con el 3%, pero su peso específico crece en materia de puestos de trabajo: resultan la fuente laboral de la cuarta parte del empelo industrial, superando además en promedio las cien personas ocupadas por establecimiento.

Sobre las firmas "jóvenes", el 58,7% son microempresas, el 40,6% son pymes y apenas sólo cuatro nacieron "grandes". Además, el 30% de estas industrias están focalizadas en el segmento alimentario, mientras que la cuarta parte pertenece a actividades metalmecánicas.

La forma jurídica que predomina en Santa Fe es la unipersonal (50,8%), le sigue el formato de SRL con el 19,9%, sociedad de hecho con el 12,8%, sociedad anónima con el 13,8%, y mucho más atrás aparecen las cooperativas u organizaciones. Sin embargo, las sociedades anónimas ocupan a casi 40 mil personas.


Mercados y competitividad
Otro de los ejes llamativos del relevamiento fue el "limitado alcance geográfico de los mercados a los que llegan un numeroso grupo de firmas", señala el informe. Los guarismos arrojan que el 80% de las empresas venden en su propia localidad y casi 1.500, aproximadamente un tercio de las encuestadas, comercializan sus bienes sólo en el lugar en el que están instaladas.

En este sentido, el 55% de las industrias no colocan su producción fuera de los límites provinciales, una cifra que trepa a tres de cada cuatro en el caso de las microempresas. En cambio, el 65% de las pymes vende parte de su producción en otras provincias.

Las exportadoras son 338, algo menos del 8% de todas las industrias censadas. Un dato que responde a la escasa presencia de las microempresas fronteras afuera, en particular si se tiene en cuenta que entre las pymes la cifra llega al 14% y entre las grandes al 70%.


Para la autocrítica
El trabajo señala que apenas un 32% del total de las industrias participan en al menos una entidad gremial empresaria, aunque la participación es mayor entre las grandes y pymes. "El perfil de servicios recibidos de las entidades está relacionado preferentemente con la recepción de información y asesoramiento", destaca, al tiempo que señala que esto es particularmente válido para microempresas y pymes, mientras que para las grandes además aparece con mayor intensidad la defensa de los intereses sectoriales.

En cuanto a la inversión en recursos humanos, un dato llamativo es que una proporción menor al 30% capacitó a su personal.
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