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 sábado, 30 de abril de 2005  
Día del Trabajador. Cronología histórica del investigador Leonidas Ceruti
Cómo se conmemoraron los 1º de Mayo en Rosario desde 1890 hasta la actualidad
En la legalidad o en la clandestinidad, con actos o volanteadas, la ciudad nunca dejó de recordar la fecha

Se conmemoró en la legalidad o en la clandestinidad, con actos o volanteadas en la calle, en plazas o locales gremiales: lo cierto es que desde hace 115 años, Rosario nunca dejó de celebrar el Día del Trabajador. Es más, fue una de las cuatro ciudades del país (junto con Buenos Aires, Bahía Blanca y Chivilcoy) que lo conmemoró en 1890 por primera vez. También fue sede de los actos nacionales en varias oportunidades, entre ellas en 1985, cuando se concentraron en la bajada Sargento Cabral y avenida Belgrano más de 30 mil personas. Con el historiador Leonidas Ceruti, autor del libro "Historia del 1º de Mayo en Rosario", La Capital hizo un repaso sintetizado por todos los festejos que hicieron los trabajadores en la ciudad.


Mil obreros
Reunidos en el Congreso de París, los representantes de obreros de distintos países del mundo resolvieron fijar el 1º de Mayo de 1890 como fiesta universal de obreros. En Rosario, ese primer Día del Trabajador se festejó con una manifestación y un acto realizado en Entre Ríos y Urquiza.

Desde las 11 los manifestantes se fueron concentrando en la plaza portando carteles negros y rojos, color de identificación de los anarquistas. Más de mil trabajadores marcharon, custodiados por bomberos y policías a caballo, por la entonces Comercio (Laprida), tomaron Mendoza y siguieron por otras calles céntricas hasta llegar a la quinta Hutteiman (Entre Ríos y Urquiza), un gran baldío usado por los circos que llegaban a Rosario en esa época.

Allí, oradores expresaron las demandas en distintos idiomas como español, francés e italiano, dado que la mayoría de los trabajadores eran inmigrantes. Después de leer el manifiesto antes citado, la columna se dirigió al café La Bastilla (Rioja al 1100) para celebrar y brindar por el acontecimiento.

De 1890 a 1916: En este período, los actos del 1º de Mayo eran protagonizados por anarquistas y socialistas. Los obreros participaban de los festejos "debidamente endomingados", vestidos de saco y corbata, y con la banda musical entonando "La Internacional".

En las marchas había contadas mujeres, la mayoría eran hombres porque las manifestaciones eran "peligrosas por la actitud represiva de los gobiernos conservadores", asegura Ceruti. Los actos eran a la mañana y de noche se realizaban las veladas artísticas en distintos teatros de la ciudad, con representaciones, poesías y números musicales referidos a los trabajadores.

Como el Día del Trabajador aún no había sido declarado feriado, los obreros faltaban a sus puestos con el riesgo de ser sancionados o despedidos. En este período, en tiempos de estado de sitio, hubo prohibiciones. Por eso los festejos se hacían en los gremios: los reclamos se centraban en la lucha por las ocho horas de trabajo, que recién se reglamentó en 1929, contra la ley de residencia y por mejores condiciones de trabajo.

De 1916 a 1930: El Partido Comunista se sumó a los festejos a partir del 17, y ya con tres partidos, el centro de la ciudad se transformaba con cada celebración. Los actos se realizaban en el marco del fin de la Primera Guerra Mundial, de las represiones en la Patagonia y de duros enfrentamientos en el puerto local.

Cuando en el 25 se declaró al 1º de Mayo feriado nacional, las manifestaciones comenzaron ser masivas y no faltaron enfrentamientos entre socialistas y anarquistas. Ceruti asegura que si bien "continuaban los reclamos y había fuertes represiones también se veía una tendencia al diálogo".

De 1930 a 1943: Este período estuvo signado por golpes militares y gobiernos conservadores, sumado al contexto internacional de la Guerra Civil en España, el avance del nazifascismo en Europa y la declaración de la Segunda Guerra Mundial. A los tradicionales partidos convocantes se sumaron otras agrupaciones.

Así es como se formó el Comité Pro 1º de Mayo, conformado por los socialistas, comunistas, la Unión Cívica Radical, el Partido Demócrata Progresista y universitarios. Se sucedieron distintas manifestaciones y se designó un nuevo lugar como escenario: la bajada Sargento Cabral.

El gran actor social que surgió en la década del 30 fue la Iglesia Católica: el Círculo Católico de Obreros y el Arzobispado comenzaron a protagonizar actos que en mucho se parecían a los anteriores, con la diferencia de que los manifestantes salían de distintas parroquias de la ciudad para juntarse en la plaza Sarmiento y leer las encíclicas papales que se refieren al mundo del trabajo.

De 1943 a 1955: Con la llegada de Perón cambia el sentido y el significado de los actos. De hecho este día pasa a ser uno de los pilares de la liturgia peronista. En las concentraciones, Perón daba cuenta de los logros justicialistas mientras los sectores populares mostraban el agradecimiento y la lealtad hacia el conductor de esas transformaciones.

En Rosario los actos se seguían realizando por separado: los peronistas hacían el suyo, generalmente en la plaza San Martín, con la presencia de escolares, gremios y representantes de la Iglesia. Aquí apareció otro escenario de los festejos: el parque Independencia. En este tiempos los discursos de Perón y Evita se escuchaban por radio en cada acto.

Por la noche no había velada artística, sino fiesta popular, que en algunas ocasiones terminaba en bailes populares.

Mientras tanto, el resto de los partidos mostraban su descontento frente al gobierno y muchas veces eran censurados.

De 1955 a 1966: Este período abrió y cerró con golpes militares. En el 56, todos los partidos estaban autorizados a hacer sus actos menos los peronistas. Durante la gestión de Arturo Frondizi las celebraciones tuvieron características cambiantes cada año, según iba variando la situación política y social. Y los reclamos aumentaron.

En el breve gobierno de Guido la policía y el ministro de Gobierno ordenaron la prohibición de actos públicos entre el 30 de abril y el 6 de mayo. Y la CGT decidió acatar la disposición. Durante la presidencia de Arturo Illia los reclamos gremiales volvieron con fuerza: pedían mejores salarios y libertad de los presos políticos, entre otras reivindicaciones.

De 1966 a 1973: Surgió la CGT de los Argentinos y se realizaron actos muy importantes en la ciudad. Uno de ellos fue en el 68, que se vio frustrado antes de comenzar. Estaba planeado en la plaza Pringles pero se tuvo que hacer en el local de esta CGT. Es más, los participantes terminaron detenidos luego de ese acto a puertas cerradas. Del 69 al 73 se producen otros actos importantes de los distintos gremios, siempre en las plazas Pringles, San Martín y bajada Sargento Cabral.

De 1973 a 1983: Los obreros de Rosario y la zona industrial durante los meses previos al 1º de Mayo de 1974 protagonizaron importantes conflictos. Ese año la CGT organizó el acto central en el cine Real. Después de algunas palabras, se siguió por televisión el discurso del presidente Perón desde Plaza de Mayo. Ya a partir del 76 las celebraciones debieron amoldarse a la dictadura militar. No obstante, un gremio que nunca dejó de celebrar este día fue el de Empleados de Comercio, según cuenta Ceruti.

El acto no era clandestino, estaba anunciado; pero se realizó puertas adentro. El salón de actos estaba repleto, se cantó La Internacional y se culminó con un espectáculo artístico. En el 78, la Armada Argentina le hizo llegar a sindicatos y medios de prensa una tarjeta con una reproducción del artista Quinquela Martín. El festejo del 82 fue particular porque fue en medio de la Guerra de Malvinas.

De 1983 a la actualidad: Con la llegada de la democracia se vio una explosión de actos. "Desde anarquistas hasta liberales empezaron a festejar el 1º de Mayo", relata el historiador. En el 85 la ciudad fue sede del acto central del país por lo que contó con la presencia del dirigente Saúl Ubaldini y convocó a más de 30 mil personas.

Durante los gobiernos de Carlos Menem se hicieron grandes actos pero en zonas aledañas a Rosario. Y se dieron en el marco de conflictos obrero-patronales, fuertes críticas, aumento de la desocupación y en medio de fábricas que se cerraban. En el 91 se hizo uno concurrido en Villa Constitución, lo mismo sucedió en el 93 y 95 pero en la zona de San Lorenzo.

En los años siguientes se encontró un nuevo escenario: el Anfiteatro. Todos los festejos realizados allí, organizados por la Mesa de Enlace Gremial, reunieron a miles de personas. Todos tuvieron espectáculos artísticos, que contaron con la presencia de León Gieco, Víctor Heredia y Peteco Carabajal, entre otros músicos. También hubo murgas.

Con diferentes actos, la ciudad festejará mañana un nuevo Día del Trabajador. Será el número 115 (ver aparte).


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San Lorenzo, en un festejo de 1993.

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