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 miércoles, 27 de abril de 2005  
Vino a sacar el partido, pero dejó varias dudas
Cobró un penal inexistente y no fue enérgico ante los tumultos

Después de lo ocurrido en el clásico anterior, aquella noche de noviembre en Tablada, todas las miradas estaban puestas en Gabriel Guillaume y aunque no fue tan escandalosa como en el Apertura, la actuación del árbitro no fue buena. Se mostró demasiado permisivo (amonestó por primera vez a los 48'). Durante la primera parte evitó sancionar al menos con amarillas, un tumulto que duró más de tres minutos y que siguió desde más de veinte metros sin molestarse por los empujones que iban y venían cerca del área de Argentino.

Lo mismo ocurrió sobre el final del partido, cuando se preocupó porque Argentino ejecutara un corner mientras en la mitad de la cancha las manos volaban en ambas direcciones. Guillaume, bien gracias.

En el penal que le dio a Argentino, y que hizo ejecutar dos veces por una supuesta invasión de área, fue imposible saber si le cobró falta a Yocco o a Jorge Del Bono, aunque en realidad Javier Ramírez se cayó solo. Guillaume tiene derecho a equivocarse como cualquiera, pero ayer terminó incidiendo en el resultado.

Quizás ese fue uno de sus errores más visibles, además de haberle perdonado la vida a Marcos Del Bono, que debió ser expulsado tras una grosera falta cuando ya estaba amonestado. Lo cierto es que, tal vez inconscientemente, terminó cobrando siempre a favor de Argentino ante cada jugada dudosa.

También es cierto que los árbitros asistentes no lo ayudaron demasiado porque, o señalaban posiciones adelantadas inexistentes o dejaban seguir cuando se veía claramente que el atacante estaba fuera de juego. Eso sí, los dos se equivocaron parejo.

Esta vez lo de Guillaume fue sutil, aunque no dejó de ser parcial. Ante la duda siempre favoreció al salaíto, sobre todo cuando el partido llegaba a su fin y cada centro charrúa que caía era frenado por el árbitro, que terminó cobrando varios peligro de gol sobre el área de Carlos López.

En el balance, la victoria de Argentino fue justa, pero para evitar suspicacias y presiones extras para los árbitros, sería bueno que a la hora de las designaciones se tomen en cuenta los antecedentes para no caer en nombres que de antemano predisponen a pensar mal y que tal vez solamente por incapacidad terminen dándole la razón a aquellos que sospechan de su moral.
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Guillaume volvió a demostrar que es un mal árbitro.

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