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 sábado, 16 de abril de 2005  
La escuela especial enfrenta cada vez más demandas
Un equipo conformado por especialistas universitarios y del profesorado trabaja sobre experiencias de integración

De constituir pequeñas instituciones prácticamente aisladas entre sí y del resto del sistema educativo, las escuelas especiales han pasado a ser las que deben apoyar a todos los sectores de la comunidad escolar. Un equipo interdisciplinario de tutores y becarios de la Universidad Nacional de Rosario, la Universidad General San Martín y el Profesorado Nº16, conformado a partir de un convenio firmado con la Jefatura de Educación Especial de la provincia de Santa Fe, analiza cuáles son las demandas que la escuela común hace a la escuela especial y las posibilidades de un trabajo articulado entre ambas.

La educación especial cobró un nuevo rumbo a partir de la definición que le dio la ley federal de educación y el acuerdo marco para la educación especial de 1998, al considerarla "un conjunto de servicios, técnicas, estrategias, conocimientos y recursos pedagógicos destinados a asegurar un proceso educativo integral, flexible y dinámico a personas con necesidades educativas especiales, temporales o permanentes, brindado a través de organizaciones específicas y apoyos diversificados".

Tal definición se traduce para las escuelas especiales en un significativo aumento en la cantidad y calidad de demandas: desde la incorporación cada vez mayor de niños con profundos trastornos en su desarrollo que antes no accedían al sistema educativo hasta los requerimientos de apoyo de escuelas de todos los niveles para poder sostener los procesos de integración de alumnos con las más variadas necesidades de aprendizajes.

Es en este marco que en la provincia de Santa Fe la Jefatura de Educación Especial "procura aumentar los recursos que permitan a las escuelas especiales enfrentar las nuevas exigencias", señala la responsable del área, Florencia Seravalle.

Es así que el año pasado se firmó un acuerdo entre el Ministerio de Educación y Cultura de Santa F, la Facultad de Psicología y la Escuela de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Rosario (UNR); la licenciatura en Psicopedagogía de la Universidad General San Martín de la Fundación Gran Rosario, además del Instituto Superior del Profesorado Nº16, para conformar un equipo interdisciplinario de apoyo a la integración educativa "que pueda contribuir a articular esfuerzos, optimizar recursos, generar nuevos espacios y modalidades de trabajo, además de promover la producción y difusión de conocimientos acerca de la problemática".

La primera parte de este convenio -financiado por el Ministerio de Educación de Santa Fe- fue encarado por 12 profesionales de las distintas casas de estudios (4 tutores y 8 becarios), que se dedicó (entre octubre y diciembre del año pasado) a una exploración diagnóstica de las demandas que hacen a la educación especial las escuelas de nivel inicial y de EGB 1, 2 y 3, de Rosario. En esa oportunidad se trabajó sobre una muestra de 30 escuelas.

Entre los primeros resultados de las entrevistas realizadas en los colegios, los integrantes del equipo de profesionales destacan la presencia de educación especial en escuelas comunes con niños integrados con discapacidad, pero que se concreta por medio de proyectos de trabajo pensados para cada caso. Lo que evidencia también que son casi inexistentes los proyectos educativos institucionales que involucren a toda la comunidad escolar.

Además, que la escuela común, ante el incremento de alumnos con necesidades educativas especiales (NEE), demanda una presencia más estable y continua de los equipos de educación especial para atender al asesoramiento para la elaboración y sostén de proyectos institucionales de integración, como por ejemplo las adecuaciones curriculares y el trabajo con la familia; además de la intervención en la detección, diagnóstico y tratamiento de los alumnos con NEE.

No faltan en los requerimientos de las escuelas comunes la presencia de profesionales que integren equipos interdisciplinarios, además de apoyo a los docentes que tienen a su cargo alumnos con NEE.

Para este año, el equipo de especialistas y la jefatura provincial del área se proponen hacer una devolución de los datos recogidos a las escuelas, y también la promoción de las experiencias puestas en marcha. Además de continuar con el diseño de un trabajo de articulación entre las escuelas de educación especial y las instituciones de educación superior, "de modo que las últimas contribuyan a fortalecer el trabajo de las escuelas".

Por otra parte, la jefa del área, Florencia Seravalle, advirtió que en líneas generales se puede afirmar que hay una explosión de la demanda de educación especial, pero que ella no debe confundirse con otras demandas propias de "la formación del docente de escuela común" que será preciso debatir y revisar.

La apreciación surge a partir de las enormes dificultades que deben atender muchos docentes con chicos con problemas de aprendizajes originados a partir de la crisis económica, la pobreza y la desocupación.

Por eso, para Seravalle es preciso distinguir el trabajo de inclusión con chicos con una discapacidad específica, de los niños que sufren las consecuencias de los dramas sociales.
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