|
miércoles,
13 de
abril de
2005 |
Suspenden actividades y aislan pabellón de reos santafesinos
Los presos del pabellón siete del penal de Coronda permanecían hoy aislados, mientras que todas las actividades carcelarias estarán suspendidas por las próximas 48 horas, ante el temor de que pueda producirse un nuevo enfrentamiento como el iniciado la noche del lunes entre reclusos santafesinos y rosarinos, que terminó con 13 muertos.
Fuentes del Servicio Penitenciario provincial informaron que todas las actividades del penal, entre ellas las laborales y religiosas, parmanecerán interrumpidas por los próximos dos días para todos los reclusos, con el objeto de que no haya cruces que originen nuevas peleas.
Los voceros explicaron que particularmente el pabellón siete, donde se alojan 100 detenidos oriundos de Santa Fe, permanecía completamente cerrado y vigilado, al punto de que los reclusos no pueden siquiera almorzar en el comedor, sino que deben hacerlo en sus propias celdas, aislados del resto de la población, "engomados", como se dice en la jerga carcelaria.
Las autoridades dispusieron también que ningún recluso reciba visitas por lo menos hasta el domingo, para evitar enfrentamientos entre sus propios familiares.
Esta mañana, las autoridades de ese penal santafesino situado a 45 kilómetros de la capital provincial y el Director del Servicio Penitenciario provincial, Fernando Rosúa, se encontraban reunidos para delinear un plan que permita volver a poner en funcionamiento la cárcel.
Anoche, el ministro de Gobierno provincial Roberto Rosúa aseguró que se encuentra en estudio un proyecto para dividir en dos la cárcel de Coronda mediante la construcción de un muro, con la intención de separar los sectores donde se alojan los reclusos del norte y del sur de la provincia.
Las autoridades temen que se produzcan nuevos enfrentamientos si no se organizan debidamente las actividades, ya que la mayoría de los presos comparten espacios comunes, como los talleres laborales, la escuela y las misas que se realizan en la capilla del penal.
Tras el motín iniciado a las 19 del lunes y concluido ayer, 10 horas después, los carceleros realizaron una requisa en los pabellones y secuestraron varias "chuzas" -armas blancas de fabricación casera-.
Sólo un recluso, hermano de uno de los 13 presos asesinados, fue trasladado a un penal de Rosario, para salvaguardar su vida, añadieron los voceros.
En tanto, las fuentes informaron que los tres de los cinco presos que sufrieron graves heridas continuaban hoy internados en el hospital Cullén en estado delicado, aunque estables, mientras que los restantes eran asistidos en la enfermería del penal.
Se trata de Julio César Portella, Luciano Urquiza -ambos apuñalados- y Jorge Yanuzzi, quien sufrió quemaduras, quienes recibían asistencia en la sala de terapia intensiva.
El episodio se inició la noche del lunes cuando presos oriundos de Santa Fe iniciaron una "cacería humana" contra los de Rosario para vengar el asesinato de un compañero, el santafesino Eduardo Verón, sindicado como uno de los "jefes" de la cárcel, atacado el domingo último, cuando fue trasladado de pabellón.
Para concretar la venganza, los presos santafesinos "armaron" un motín en el que tomaron como rehenes a dos guardiacárceles y durante el cual asesinaron a 13 reclusos rosarinos e hirieron gravemente a otros cinco.
Once de las víctimas fueron asesinadas con armas blancas -una de ellas fue degollada-, mientras que las dos restantes fueron quemadas vivas.
Las autoridades provinciales calificaron el enfrentamiento como "espantoso" y precisaron que todo empezó cuando presos del pabellón 7 atacaron a reclusos de los pabellones 1 y 11 del penal. (Télam)
enviar nota por e-mail
|
|
|