| sábado, 19 de marzo de 2005 | Dieron de alta a la última internada por el incendio La última persona que quedaba internada por las heridas sufridas en el incendio de República Cromañón fue dada de alta ayer, luego de haber estado al borde de la muerte en los 78 días que pasó en el hospital. Se trata de Romina Calderón, de 19 años, residente en el barrio porteño de Lugano, quien concurrió al recital de Callejeros en la noche del 30 de diciembre junto a su padre y un hermano, quienes murieron en el incendio.
Romina fue rescatada del boliche y trasladada al hospital Ramos Mejía, el más cercano al lugar de la tragedia y el que recibió a la mayor parte de los 250 jóvenes que fueron internados en los distintos centros asistenciales porteños.
Luego de luchar por su vida durante los 78 días que, en forma ininterrumpida, estuvo internada, Romina Calderón se reencontró ayer con su madre Miriam en su casa de Lugano, aunque sin la presencia de su padre y su hermano. La joven, luego de estar internada en el hospital Ramos Mejía, fue trasladada al hospital Militar, donde ayer recibió el alta.
Durante todo el período que estuvo en ambos hospitales, Romina estuvo al borde de la muerte a raíz de la severa intoxicación con los gases tóxicos derivados de la combustión de la media sombra del boliche. Pasó varios días inconsciente, por lo que tuvo que ser sometida a tratamientos de urgencia, ya que todo su sistema respiratorio estaba comprometido por los gases tóxicos inhalados. "Iba a festejar fin de año con mi familia y de repente me encontré en un lugar oscuro, lleno de humo y gritos. Ya no puedo reir y tampoco puedo estar mucho tiempo con la luz apagada", dijo la joven.
Junto a su madre en su casa de Villa Lugano y con visibles secuelas de su internación, aseguró que "de repente el lugar se empezó a llenar con ese humo espeso, no había oxígeno y el cianuro y el dióxido de carbono invadían de a poco todo".
Romina, quien se declaró fanática del grupo Callejeros, dijo que antes de ir a ver el recital de Callejeros al boliche de Once había estado en el concierto que el grupo había dado en el club Excursionistas 15 días antes, ya que seguía al grupo a todas partes. "No entiendo, ellos sabían que Cromañón no podía albergar a tres mil personas porque fueron ellos los que inauguraron el boliche con un recital, por lo que sabían la cantidad de gente que podía entrar", dijo.
Precisó que era común que los jóvenes llevaran bengalas a los recitales de Callejeros. (Télam) enviar nota por e-mail | | |