| | viernes, 18 de marzo de 2005 | |  | Charlas en elCafé del Bajo
-Como bien dijo Inocencio ayer, un lector, Carlos, nos escribió molesto por nuestra opinión adversa a la actitud sostenida por las autoridades de la escuela católica Padre Claret. Inocencio va a transcribir algunos conceptos y me voy a permitir la réplica a modo sólo de aclaración y con todo respeto, no sin antes expresar que el lector tiene todo el derecho de no estar de acuerdo con nosotros.
-Dice Carlos: "Sinceramente no esperaba de usted tan injusto ataque a la escuela Padre Claret, porque la conozco desde hace muchos años".
-Hay una línea muy delgada que separa a la opinión, la sana crítica y el juzgamiento, especialmente en el aspecto periodístico. Trato en lo posible de que la mía no pase de ser una opinión, pues siendo yo, como lo he reconocido en infinidad de oportunidades, un pecador no tengo derecho a juzgar a los demás. Siempre opino, nunca juzgo, pero como sé que esta delgada línea a veces y sin quererlo puede ser vulnerada, los lectores habrán advertido que solemos pedir perdón por si algunas palabras van más allá. Dicho esto diré que de ningún modo atacamos a la escuela, de la que no dudamos es una buena escuela. Tampoco atacamos a sus autoridades. Simplemente dijimos, tal vez con mucho énfasis y apelando al Evangelio, que se equivocaron.
-No voy a transcribir literalmente lo que sigue por diversas razones, entre ellas para no fomentar entredichos, pero Carlos sostiene que hay ataques a la Iglesia Católica y que nosotros nos hicimos eco de esos ataques.
-Efectivamente, hay ataques contra la Iglesia Católica y contra sus miembros que se producen en todo el mundo y que provienen desde todo ámbito. También hay ataques contra el judaísmo y creo yo que se atenta contra cualquier institución religiosa que fomente el conocimiento de Dios y los principios del amor. Pero Candi no se hace eco de esto. Mi único compromiso es con Dios, así que jamás habré de adherir a aquellos que quieren incendiar a las instituciones que son el camino hacia la divinidad. Pero ello no implica que sustente el principio: "Si es nuestro, es bueno". De ningún modo, porque esconder el polvo debajo de la alfombra ningún favor le hace a Dios. Si es nuestro y está mal hay que corregirlo, principalmente cuando se trata de líderes llamados a ser la "luz". Repudio los ataques a la Iglesia Católica y a cualquier institución religiosa seria que contribuya al bien del ser humano.
-Dice Carlos: "Usted debió recurrir a la fuente, directa o indirectamente. Se habría enterado de que el chico al que no se le renovó la matrícula tenía un problema de convivencia y había también problemas con la familia. Me dolieron mucho sus comentarios".
-Creo que la "fuente" se negó a hablar. En segundo lugar si el chico tenía problemas de convivencia, y con toda humildad lo digo Carlos y mucho respeto, había que enseñarle a convivir y no apartarlo. Eso es lo que enseña el Evangelio: Si un hombre tiene cien ovejas y pierde una, irá a buscar a la extraviada. "No es voluntad de vuestro Padre que perezca ni uno de estos pequeñuelos", dice Jesús. De todos modos siento haberle causado dolor.
-Finalmente dice el amigo: "No podía creer que un discípulo del gran Víctor E. Frankl y su logoterapia pudiera equivocarse así. Pero somos humanos y todos podemos equivocarnos. No puedo creer que usted se enrole en el absurdo antagonismo entre judíos y cristianos, porque en el fondo lo que se ataca es la fe en Dios".
-Esto me afecta un poco, porque he defendido y seguiré defendiendo el acercamiento entre judaísmo y cristianismo. Y seguiré defendiendo a las dos corrientes religiosas, sin denostar a otras desde luego, por diversas razones que no es del caso enumerar ahora. Pero esto no significa que yo esté de acuerdo con todo lo que sostienen y hacen algunos cristianos (católicos, protestantes, etcétera) ni con todo lo que sostienen y hacen algunos judíos (repare Carlos que hablo de hombres y no de instituciones). Doy por terminada esta columna diciendo que jamás me callaré ante una actitud equivocada que deje huellas amargas en la psiquis de un niño o de un adolescente. Sé cómo se puede herir para siempre a un ser humano con tales actitudes, cómo se le puede borrar gran parte de su horizonte, cómo se le achica la vida eternamente. Finalmente, le envío un abrazo a Carlos y espero que no se enoje mucho conmigo.
Candi II
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