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 miércoles, 16 de marzo de 2005  
Grinbank dijo que pagó para liberar a los chicos canallas

Gustavo Conti / La Capital

La salida de Central de "los juveniles de Grinbank", como se podría llamar a esta historia, sumó ayer la pata que le faltaba: la voz del propio empresario, que salió a confirmar lo que todo el mundo sabía, es decir que acordó con los dirigentes auriazules la libertad de acción de Alejandro Faurlin, Renzo Funes, Cristian Yassogna, Jorge Rodríguez, Alvaro Moisés y José Herrero mediante un pago de 200.000 dólares. Grinbank además mostró el contrato que formalizó la operación. Ante este hecho consumado, el presidente Pablo Scarabino se desdijo anoche de sus declaraciones de la semana pasada y reconoció que el club recibió ese dinero, aunque también ratificó su versión de que los padres de los chicos forzaron la situación.

Como se publicó el viernes pasado en este diario, bajo el título "Mentiras verdaderas", en esta historia las partes dijeron sólo "su" verdad y por eso se levantó polvareda. Es más, en esa nota se sugirió que si la dirigencia canalla hubiera reconocido que había ingresado ese dinero a Central, quizás no se hubiera desatado un escándalo, porque todo el mundo sabe que en cuestiones de menores los clubes llevan las de perder. Recién ahora Scarabino lo hizo ver (ver aparte) y brindó sus motivos, después que llegara a Ovacion la copia del contrato firmado el pasado 9 de marzo entre los dirigentes auriazules y la empresa DG El Fútbol LLC, de Grinbank.

Fue el propio empresario, especializado en el rubro de los espectáculos musicales, el que pidió hablar por los medios rosarinos por la repercusión que había tenido el caso de los juveniles. Y su discurso se basó en estos ejes: la transparencia de todo lo acordado el 24 de enero de 2003 con la comisión directiva anterior, que el nuevo arreglo del 9 de marzo de 2005 era la mejor solución y que de ninguna manera pensaba en recurrir a la patria potestad para sacar a los jugadores de Central.

"Es todo tan claro cómo fueron las cosas, que no hay nada que ocultar. El contrato firmado en el 2003, donde adquiríamos los pases de los seis chicos, y el de ahora, donde pagamos la plusvalía, es súper transparente. No sé porque Scarabino dijo lo que dijo. Sé que agarró un club en llamas y por ahí se enroscó en cuestiones políticas, pero hubiera sido mejor manejarse con la verdad. Fue una locura", señaló Grinbank, quien expresó que los dirigentes auriazules siempre se negaron a dialogar con él.

"Tal vez fueron fagocitados por AFA, por mis problemas históricos con Grondona, y se animaron a terminar las cosas como querían", dijo abriendo un nueva perspectiva y refiriéndose a cuando la AFA, a principios de año, le dio la razón al club en los derechos de propiedad de los futbolistas, excepto de Moisés, al que sí declaró libre. "Central presentó en la convocatoria a los jugadores dentro de su activo, lo cual es una locura, porque yo los adquirí y después se los presté al club (hasta junio de 2004)", amplió.

"Lo que firmamos en el 2003 fue todo muy correcto, con la aprobación de los padres. Es más, por no estar de acuerdo con cierta manera de operar de la antigua comisión que no me parecían correctas, me quedé sin Figueroa (en principio Grinbank iba a comprarlo a Lucho). Entonces, no nos pueden poner a todos los empresarios como si fuéramos a vaciar el club. Yo pagué y no hice nada para perjudicar a Central, al contrario", sostuvo.

Grinbank no dijo quién dio el primer paso para el nuevo acercamiento, pero sí señaló que "no estaba dispuesto a poner plata", aunque después recordó una cláusula del contrato del 2003, denominada de la plusvalía, que favorecía a Central: en caso de que se vendiera alguno de los juveniles en más de 5.000.000 de dólares, el 50 por ciento del excedente o plusvalía iba para el club. Y eso es lo que el empresario compró ahora en 170.000 dólares en efectivo y 90.000 pesos con un cheque para el 9 de mayo. Además, hay una cifra a pagar de honorarios de abogados, que rondaría los 40.000 dólares. "Eso era lo único que estábamos dispuestos a pagar", dijo.

El empresario, quien reconoció que desde enero de 2003 asistió a los juveniles en "viáticos, becas y asistencia médica", aseguró que "Central iba a perder el juicio que iniciamos en la Justicia" junto a los padres de los chicos, quienes "eran solidarios con esto por lo que habían firmado". Pero negó que los presionara y que llegaran a usar la patria potestad como recurso para sacarlos del club. "Esa hubiera sido la primera opción, pero ni loco se iba a usar. En el fútbol hay códigos y ningún club arreglaría con chicos en esa situación. Y River, mucho menos".

Cuando se le mencionó que algunos de los padres de los juveniles involucrados dijeron que querían que sus hijos se quedaran en Central, Grinbank aseveró que no lo creía posible. "Por cómo se dieron las cosas, más tarde o más temprano lo mejor era que se fueran, sobre todo porque además iban a River".

Grinbank aseguró además que se retirará del negocio del fútbol, "manteniendo siempre a los chicos que adquirimos", por todo el entorno y porque considera hoy que el empresariado "es nefasto", porque "no hay leyes que lo contengan" y porque hay muchos que "hacen atrocidades". Reconoció que pudo haber cometido errores, como en el caso de Leganés de España, pero dejó bien en claro que "en Central se hizo todo muy bien".
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El empresario aseguró que el nuevo acuerdo era lo mejor.

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