| domingo, 13 de marzo de 2005 | Una banda descontrolada Luciendo orgullosa la chapa de campeón, la numerosa hinchada que ayer Newell's presentó en Banfield apoyó sin parar. El firme aliento inicial se transformó en un pedido de garra cuando el enorme Villar le ahogó el festejo a Ceballos a los 15'. Dos minutos después, tras el gol de Belluschi, se vivió el mayor éxtasis. Pero había que esperar todavía bastante para una algarabía aún mayor.
Los cantos se entonaron más fuertes cuando faltaban quince minutos de juego y la victoria se presagiaba asegurada. La banda se puso cada vez más descontrolada y estalló con el pitazo final. Ahí sí, los corazones rojinegros se expresaron a pleno, aplaudieron a los jugadores y luego volvieron felices a Rosario. Por lo menos hasta que hoy juegue Central, el ánimo va a ser el mejor. La punta está en la mira. enviar nota por e-mail | | |