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 sábado, 05 de marzo de 2005  
El número tres del organismo dijo que es un "paso importante" para la Argentina pero falta el ok formal
El Fondo Monetario avaló el resultado del canje
Nielsen salió a criticar al Fondo y acusó a sus directivos de "burócratas y faltos de creatividad"

El Fondo Monetario Internacional (FMI) calificó ayer como "un muy buen resultado" a la adhesión del 76,07 por ciento que registró el canje de deuda argentina, a pocas horas de la partida del ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien se reunirá el domingo y lunes en Washington con el director gerente del organismo, Rodrigo Rato.

"Este fue un muy buen resultado, un muy importante paso para la economía argentina", afirmó ayer el subgerente del FMI, Agustín Carstens, el tercero en orden de jerarquía dentro del organismo luego de Rato y de Anne Krueger, el día después que el gobierno difundiera las cifras sobre los resultados de la reestructuración de la deuda en default. No obstante, Carstens no se atrevió a asegurar que el porcentaje sea suficiente para que el organismo multilateral considere superado el default.

A poco de la reunión con el número uno del FMI, Nielsen lanzó un duro ataque al organismo y acusó a sus directivos de burócratas faltos de creatividad.

Aprovechando la tribuna que le ofreció el Deustche Bank en un seminario, Nielsen se encargó de fijar la posición argentina frente a los esperables reclamos del organismo, en el sentido de reabrir el canje de deuda para los que se quedaron afuera y ver qué tratamiento se le darán a los que decidan litigar.

"La burocracia le está ganando la batalla a la creatividad" en los organismos internacionales, arrancó el secretario de Finanzas, al descalificar al staff de técnicos de la entidad y dijo que "no es sorprendente que la miopía ideológica haya demorado el canje más de la cuenta, sobre todo con pedidos absurdos".

Nielsen anunció, entonces, que la Argentina "no volverá al mercado de capitales en condiciones débiles" y agregó que "las ideas facilistas de seguir la bicicleta financiera no deberían tener cabida en los organismos internacionales".

El secretario de Finanzas consideró que el Fondo debería "evitar que futuras crisis se prolonguen en el tiempo simplemente por pretender obligar a las autoridades a seguir rituales inadaptados al problema a resolver".

El funcionario consideró que el sistema financiero mundial "no está preparado" para atender reestructuraciones de deuda soberana, por cuanto intenta asimilar el proceso al de las quiebras de las empresas donde los acreedores son "definidos y estáticos".

El funcionario descartó cualquier posibilidad de éxito de que prospere un "hold out" o reclamo judicial contra el país en el exterior y consideró que es un "mito" que esos mecanismos hayan tenido éxito en el pasado, sobre todo cuando se menciona el caso de Perú, que llegó a un arreglo con un fondo buitre que había logrado un amparo en primera instancia para trabar una cuenta del país en el exterior.


No hay segunda vuelta
El secretario de Finanzas descartó que se vaya a reabrir el canje de deuda y consideró que "la situación de los que no participaron de la operación es responsabilidad de aquellos que decían que no había que ingresar" (ver aparte).

Lavagna llegará a Washington con números contundentes: de los 81.800 millones de dólares en títulos en default se canjearon 62.200 millones, lo que permitió a la Argentina regularizar el 76,07 por ciento de sus pasivos y tener ahora una deuda total de 125.200 millones contra los 191.200 millones de fines de 2004.

Con la quita propuesta, a partir de ahora el endeudamiento total del país representa el 72,4 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) o, en otros términos, una deuda per cápita de 3.188 dólares desde los 4.926 dólares de fines de 2004.

Las cifras estarán en el análisis que abordará Lavagna con Rato, en el encuentro que será el punto de partida para reanudar el diálogo con el FMI tras haber suspendido el acuerdo vigente en agosto pasado a la espera del resultado del canje.

Horas antes de que el gobierno difundiera ayer los números de la operación, el vocero del organismo, Thomas Dawson, había dicho que para el Fondo la reestructuración de la deuda "representa un paso importante para la Argentina".

Al momento de avanzar con mayores precisiones sobre los resultados del canje, Dawson apuntó que "tanto el staff como el directorio" del organismo deberán "analizar el porcentaje de participación antes de emitir un juicio de valor al respecto".

Esta es la determinación que el gobierno espera ahora para avanzar con el diálogo con el organismo, decisión en la que la opinión del Grupo de los 7 (G-7) será decisiva.

Pese a la apreciación positiva de Carstens, Pier Carlo Padoan, el director ejecutivo en el FMI de Italia, integrante del G-7 y la plaza más conflictiva y con el menor nivel de adhesión, advirtió ayer que "Argentina ahora debe indicar cómo tiene intención de tratar de buena fe con una parte tan consistente de inversores", en referencia a los que no aceptaron el canje.


Suman antecedentes
Conocido por su postura contraria dentro del directorio del Fondo al momento de tratar el caso argentino, Padoan había manifestado, no obstante, unos días antes del cierre que un porcentaje de adhesión del 75 por ciento, como alguna vez exigió, era un antecedente de otras reestructuraciones de deudas soberanas, y que cada uno de estos procesos no podían equipararse.

Sin embargo, el miembro de mayor peso del G-7 es Estados Unidos, y Lavagna aprovechará su estadía en Washington para reunirse el lunes con funcionarios del gobierno estadounidense.

Si bien aún no se confirmó oficialmente, es posible que Lavagna se reúna con el secretario del Tesoro, John Snow, y con el subsecretario para Asuntos Internacionales del Tesoro, John Taylor.

Las opiniones del FMI y del G-7 respecto del canje además de permitir retomar el diálogo institucional con los organismos serán tomadas con especial consideración por parte de distintos analistas políticos y económicos a nivel mundial, con el objetivo de avanzar en eventuales nuevas inversiones.
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Nielsen se encargó de fijar la posición argentina.

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